jueves, 12 de diciembre de 2013

“QUIERO QUE PREDIQUES EL EVANGELIO EN ESTA CIUDAD…”


Por Armando Maya Castro
El 12 de diciembre de 1926, el Maestro Aarón Joaquín González y su esposa Elisa Flores llegaron a Guadalajara, Jalisco procedentes de Monterrey, Nuevo León, ciudad donde recibió el llamado de Dios, así como la indicación de salir a cumplir su sagrada misión. Previo a su entrada a Guadalajara, el hermano Aarón  recibió la encomienda de predicar el Evangelio, actividad que realizó con esmero desde ese día y a lo largo de sus 38 años de administración apostólica

Hoy se cumplen 87 años de la llegada del Apóstol de Jesucristo, Maestro Aarón Joaquín González, a la ciudad de Guadalajara, Jalisco, así como el comienzo de la predicación del Evangelio en esta urbe conforme a la voluntad de Dios expresada al hermano Aarón, horas antes de su arribo: “Quiero que prediques el Evangelio en esta ciudad, pues tengo un gran pueblo que me servirá y será ejemplo para muchas naciones que me conocerán, y esta será la prueba de que yo te he enviado: Yo estaré contigo”. 


Con este memorable acontecimiento, que es motivo de celebración en los países donde la Iglesia La Luz del Mundo tiene presencia, se consuma el nacimiento de la Iglesia de Guadalajara y el simultáneo establecimiento de la sede del gobierno apostólico en esta ciudad, eventos trascendentales en la historia de la Iglesia La Luz del Mundo.


El hermano Aarón Joaquín comenzó a predicar el Evangelio en Guadalajara desde el mismo día de su llegada. Lo hizo bajo el impulso de su amor apostólico y convencido de que Dios cumpliría la palabra que le expresó en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, el 6 de abril de 1926, en lo que fue la primera manifestación divina de la actual dispensación apostólica: “Tu nombre será Aarón, lo haré notorio por todo el mundo, y será bendición”. 


A semejanza de los apóstoles de la Iglesia primitiva, predicó sin hacer acepción de personas y procurando conservar inalterable la pureza del Evangelio. Nunca fue movido por miras bastardas o intereses personales, sino por el deseo de otorgar paz espiritual y conocimiento de salvación a las almas.

En este día de celebración espiritual es importante destacar las virtudes del Maestro Aarón Joaquín, entre las que sobresale su inquebrantable fe, virtud que le ayudó a enfrentar con admirable valor todos los obstáculos que se presentaron ante él.


Esa virtud le ayudó también a no desanimarse por la recepción intolerante que los habitantes de Guadalajara le dispensaron el 12 de diciembre de 1926. Sin temor a los peligros y adversidades que le rodeaban, recorrió por semanas, meses y años las plazas, colonias y barrios de la ciudad, predicando a hombres y mujeres, ricos y pobres, ilustrados e iletrados, las alegres nuevas de salvación. 


La sencillez y autenticidad de su mensaje lograron persuadir a muchas personas de diferentes estratos sociales, hombres y mujeres que tomaron la decisión libre y voluntaria de ser bautizados en el Nombre de Jesucristo. Al recibir este sacramento, las almas alcanzaban el perdón de sus pecados y la bendición de formar parte de la Iglesia de Dios. 


Su perseverancia en el trabajo le permitió contemplar en poco tiempo los primeros frutos, pero también la férrea oposición de los sectores más conservadores del catolicismo, quienes intentaron detener el progreso espiritual de la Iglesia recurriendo a prácticas intolerantes y actitudes persecutorias. 


Aquellos años fueron de peligro constante para la vida del hermano Aarón y para la de los miembros de esta comunidad cristiana. La intolerancia religiosa de esa época se materializaba en una serie de agravios, insultos y humillaciones perpetrados por quienes pensaban que en Guadalajara sólo había lugar para el catolicismo. 


El entorno hostil y adverso que experimentó el hermano Aarón en sus primeros años de predicación apostólica no cambió en las siguientes décadas. Ese ambiente siguió siendo desfavorable hasta el 9 de junio de 1964, fecha en que Dios lo llamó al descanso eterno, luego de haber cumplido exitosamente su sagrada misión. 


A 87 años de la llegada del Hermano Aarón Joaquín a la ciudad de Guadalajara, la Iglesia La Luz del Mundo sigue transitando por el sendero del triunfo, guiada con incuestionable sabiduría por el Apóstol de Jesucristo, Doctor Samuel Joaquín Flores, quien ha realizado un trabajo espiritual y social fuera de serie, logrando mediante el mismo la conversión de cientos de miles de almas en 43 naciones del mundo, así como la edificación de más de 3 mil templos y un importante número de obras de beneficio social: jardines de niños, escuelas primarias y secundarias, preparatorias, universidades, hospitales, clínicas, asilos, fundaciones, etcétera.


Hoy, por el admirable trabajo de los dos apóstoles de la restauración, la Iglesia La Luz del Mundo ha logrado situarse como la minoría religiosa con mayor crecimiento en la República Mexicana, con logros que gozan del reconocimiento de propios y extraños, tanto dentro como fuera del país. Lo más importante de todo es que a 87 años de la llegada del hermano Aarón a esta ciudad permanece viva y actuante la fe de los miembros de esta comunidad, quienes conservan inalterable el anhelo de predicar el Evangelio de Dios. 

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