martes, 25 de noviembre de 2014

INTACTA, LA POLÍTICA ECLESIAL DE ENCUBRIMIENTO

Por Armando Maya Castro
El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, en una foto de archivo (EFE)
Luego de una semana de estar en el centro de la polémica por su intento de impedir la investigación de los posibles abusos sexuales  en agravio de menores por parte de sacerdotes de la arquidiócesis de Granada (España), el arzobispo de esa ciudad, Francisco Javier Martínez, se postró junto con otros religiosos para implorar perdón "por la conducta de la Iglesia".

La información que sobre este infame acto ha fluido indica que fue la intervención del papa Francisco la que permitió que el caso fuera destapado, pues tras recibir la misiva de un joven que fue víctima de reiterados abusos sexuales ente los 13 y los 17 años en una parroquia de Granada, el pontífice romano dio seguimiento al caso impulsando la investigación de los delitos que el arzobispo granadino mantuvo en secreto por tanto tiempo. 

El denunciante, que actualmente tiene 24 años, es supernumerario del Opus Dei y profesor en una ciudad del norte de España. El diario El País señala que fue éste quien alertó ante la Fiscalía Superior de Andalucía sobre “la existencia de la amplia red de pisos de la que disponía este grupo de curas para cometer supuestamente los abusos y las orgías que organizaba periódicamente bajo el argumento de que “el amor es libre y eleva el espíritu”. Estará de acuerdo conmigo, estimado lector, que el argumento empleado es por demás absurdo, pues san Pablo enseñó que “el amor no hace mal al prójimo” (Romanos 13:10); también dijo que el amor “no hace nada indebido” (1 Corintios 13:5). En síntesis, el amor nada tiene que ver con atropellos, abusos o violaciones. 

La súplica de perdón del arzobispo Francisco Javier Martínez, quien pertenece al movimiento Comunión y Liberación y a los obispos españoles de la vieja guardia, es un gesto auténticamente mediático, pues si el propósito fuera remediar el desenfreno sexual de los clérigos de su diócesis, desde hace tiempo hubiera denunciado ante las autoridades civiles la serie de delitos que se han perpetrado bajo su cobijo. 

El caso en cuestión prueba que a pesar de que el papa Francisco instruyó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a proceder con energía y determinación en lo que concierne a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos, la política eclesial de encubrimiento en varias diócesis del mundo sigue vigente e intacta. El caso de Granada nos lleva a preguntarnos, ¿cómo estamos en México al respecto? La respuesta nos la da la escritora Sanjuana Martínez en su columna Daños Colaterales del pasado 29 de septiembre, publicada en Sinembargo bajo el título “Obispos y Cardenales encubridores”. En dicho texto, la multipremiada periodista menciona a Norberto Rivera Carrera, Juan Sandoval Íñiguez y Carlos Cabrero como presuntos obispos encubridores de curas pederastas en nuestro país, y pide que el papa los suspenda.

Esta perniciosa política de encubrimiento, causante del drama, dolor, angustia, rabia y vergüenza en miles de niños, echa por tierra la línea adoptada por Jorge Mario Bergoglio en el sentido de promover “medidas de protección a los menores y una mayor cercanía y ayuda a las víctimas sexuales. 

Varios obispos, entre ellos el de Granada, insisten en defender y proteger a los pervertidos sexuales con sotana, sacerdotes que buscan la cercanía de pequeños indefensos en proceso de formación para satisfacer sus más bajos instintos. Para estos criminales encubridores es más importante preservar la imagen de sus diócesis que darle importancia a los daños físicos y psicológicos que los curas pederastas provocan en sus inocentes víctimas. 

En el caso específico de Granada, afortunadamente la Policía Nacional arrestó ayer a tres sacerdotes y a un seglar, profesor de religión, por su presunta relación con los abusos denunciados. Lamentablemente, el criminal silencio de varios cardenales y obispos permite que muchos sacerdotes pederastas estén en libertad y sigan siendo un peligro para la seguridad de miles de niños y adolescentes. 

Twitter: @armayacastro



sábado, 8 de noviembre de 2014

ESTAMOS CANSADOS

Por Armando Maya Castro 
Al ser capturado, José Luis Abarca dijo estar cansado de esconderse. El pueblo de México también está cansado, no de esconderse, sino de soportar políticos corruptos y asesinos como el ex edil de Iguala, Guerrero

“Estoy cansado de esconderme. Ya no aguantaba la presión”. Estas fueron las palabras que José Luis Abarca Velázquez expresó al momento de ser capturado por elementos de la Policía Federal la madrugada de este 4 de noviembre en la Ciudad de México, específicamente en la calle Cerrada de Cedro número 50, colonia Tenorio, delegación Iztapalapa. 

El pasado 22 de octubre, la Procuraduría General de la República (PGR) había señalado al tristemente célebre ex alcalde de Iguala, Guerrero, y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, como los presuntos autores intelectuales del ataque que policías de Iguala y sicarios al servicio de un cartel del narcotráfico perpetraron la noche del 26 de septiembre en contra de decenas de normalistas de Ayotzinapa. 

Si Abarca estaba cansado de esconderse y de soportar la presión que dijo ya no aguantar, ¿se imagina usted el nivel de cansancio y dolor de los familiares de los estudiantes desaparecidos? Ellos también están cansados de tocar puertas para ser escuchados, de ir y venir en busca de respuestas y de sus amados hijos, de escuchar promesas de justicia que hasta ahora han sido incumplidas, de exigir que se los devuelvan como se los llevaron, es decir vivos. 

Los estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, que se han caracterizado por defender la educación pública y el normalismo rural, han declarado que también ellos están cansados de que se sigan ignorando sus protestas y demandas, “y que sólo sepamos por televisión que andan buscando muertos y no a nuestros compañeros vivos”, señalaron en un mensaje emitido el pasado 18 de octubre en la radio oficial del municipio de Chilpancingo, Guerrero. A pesar de su evidente cansancio moral, todos ellos han señalado que nada los cansará para seguir alzando la voz hasta que aparezcan, porque “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, manifestaron durante la jornada denominada “Una luz por Ayotzinapa”, evento que se realizó el 23 de octubre, y en el que numerosos planteles educativos marcharon con veladoras y antorchas del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino. 

Si bien es cierto que con la detención de Abarca el caso Iguala entra en su etapa final, esto no significa que se vaya a terminar el cansancio y hartazgo de los familiares de los tres normalistas asesinados y de los 43 desaparecidos. Tampoco significa el fin de las reacciones de inconformidad e indignación de miles de estudiantes de diversas universidades que han hecho suya la desgracia de los desaparecidos, exigiendo al gobierno mexicano acciones categóricas para dar con el paradero de todos ellos.   

Yo no estoy tan seguro de que la captura de Abarca y de su esposa vayan a contribuir decisivamente al esclarecimiento de la investigación que realiza la PGR, como lo señaló el presidente Enrique Peña Nieto, pero hago votos para que durante los interrogatorios se llegue al fondo de la verdad. Y lo digo porque México está cansado de especulaciones y de escuchar verdades a medias, esas que fomentan la impunidad y que terminan por incrementar el justificado malestar de la población.

Habrá que esperar para ver si la detención de Abarca contribuye a la despolitización del caso y logra disminuir la presión internacional a la que ha sido sometido el gobierno mexicano en las últimas semanas, con llamados y enérgicas condenas de organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la  Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA), el Parlamento Europeo, así como diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, algunas de las cuales han culpado al Estado mexicano, ya sea por acción o por omisión”, de la masacre de la noche triste de Iguala.

Twitter: @armayacastro


Publicado en El Occidental


martes, 4 de noviembre de 2014

UNA INICIATIVA QUE FORTALECE AL ESTADO LAICO

Por Armando Maya Castro 

Ante organismos como Foro Cívico México Laico, Cátedra Extraordinaria Benito Juárez del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Foro Intereclesiástico Mexicano y República Laica, el diputado federal Víctor Raymundo Nájera Medina, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó el pasado 23 de octubre la iniciativa Ley General de Laicidad, que “tiene por objeto reglamentar las disposiciones contenidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de laicidad" (Artículo 1o.).

Gracias a la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados pude conocer los pormenores de dicha iniciativa, que “encuentra como principal finalidad establecer las disposiciones normativas referentes a fortalecer la naturaleza laica del Estado mexicano y sus instituciones, por medio de la  creación de un organismo descentralizado, sectorizado a la Secretaría de Gobernación, con personalidad jurídica y patrimonio propio denominado Consejo Nacional para la Laicidad, el cual, para el desarrollo de sus competencias, gozará de autonomía técnica y de gestión para dictaminar las resoluciones que se desprendan del ejercicio de sus funciones”, se explica en la exposición de motivos (http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/62/2014/sep/20140904-IV.html#Iniciativa12).

El México de hoy, que se caracteriza por su diversidad religiosa, necesita está ley para acabar con "los casos de violaciones del Estado laico por diversas autoridades en diversos lugares del país y la ausencia total de sanciones" por parte de la Secretaría de Gobernación. La necesita “para dotar de contenido lo referente al Estado laico, desde una perspectiva de derechos humanos en congruencia con el artículo 1o. constitucional, donde el Estado tiene obligaciones y deberes en materia de derechos humanos en su respeto y tutela, por lo que desde la perspectiva laica, esto es una base sustancial de los principios de igualdad y no discriminación” (Ídem).

De aprobarse la iniciativa en comento, los mexicanos comenzaremos a presenciar el fin de la impunidad de los políticos y servidores públicos que se llenan la boca hablando de las bondades de la laicidad, para después participar con carácter oficial en ceremonias donde entregan a Jesucristo las llaves de alguna ciudad, o en las que consagran una entidad federativa al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado de María, vulnerando así el artículo 40 constitucional que establece el carácter laico de la República Mexicana en los siguientes términos: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.

Hasta el día de hoy no se han aplicado sanciones a los funcionarios que, en el ejercicio de sus funciones públicas, han procedido como si México fuese un Estado confesional, en cuya vivencia se suprimió, por más de tres siglos, la diversidad religiosa al establecer a la religión católica como la única, sin tolerancia de ninguna otra; tampoco se ha sancionado a los clérigos que violan flagrantemente las leyes que prohíben la participación de los ministros de culto en actividades de índole política. De ahí la necesidad de robustecer el Estado laico, que “está anclado en el principio de soberanía popular, sostenido en valores de la ética pública, de los derechos humanos, en el cual las autoridades y servidores públicos de todas las entidades, poderes u órganos, tienen la responsabilidad de asumir en su ejercicio el régimen de laicidad” (Ídem).

Me parece justo reconocer, por último, el trabajo y aporte de Foro Cívico México Laico en la elaboración de esta importante iniciativa de ley. Hablamos de un movimiento ciudadano sin filiación política, preocupado porque en México se respete el Estado laico, el cual surgió luego del albazo constitucional que se diera el 15 de diciembre de 2011 en la Cámara de Diputados, donde, con una prisa sospechosa, se aprobó la reforma del artículo 24 constitucional, cuyo dictamen contemplaba el desmantelamiento del Estado laico y la educación laica en perjuicio de las libertades de las minorías. De entonces a la fecha, Foro Cívico México Laico no ha cesado de realizar e impulsar acciones orientadas al fortalecimiento y consolidación de la laicidad del Estado.

Los mexicanos confiamos que la actual Legislatura tendrá altura de miras y se colocará más allá de los intereses de grupos a la hora de analizar y discutir la iniciativa Ley General de Laicidad, tan necesaria en un país como el nuestro, donde el Estado laico es fundamental para lograr la erradicación de la discriminación religiosa y la convivencia armónica de los mexicanos plurales y diversos, así como para impedir el retorno del clero a su antigua posición de privilegio económico y social que tuvo en el virreinato y en las primeras décadas del México independiente.


Twitter: @armayacastro