Por Armando Maya Castro
Ante organismos como Foro Cívico
México Laico, Cátedra Extraordinaria Benito Juárez del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Foro Intereclesiástico Mexicano y
República Laica, el diputado federal Víctor Raymundo Nájera Medina, integrante
del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó el
pasado 23 de octubre la iniciativa Ley General de Laicidad, que “tiene por
objeto reglamentar las disposiciones contenidas en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos en materia de laicidad" (Artículo 1o.).
Gracias a la Gaceta Parlamentaria
de la Cámara de Diputados pude conocer los pormenores de dicha iniciativa, que
“encuentra como principal finalidad establecer las disposiciones normativas
referentes a fortalecer la naturaleza laica del Estado mexicano y sus
instituciones, por medio de la creación
de un organismo descentralizado, sectorizado a la Secretaría de Gobernación, con
personalidad jurídica y patrimonio propio denominado Consejo Nacional para la
Laicidad, el cual, para el desarrollo de sus competencias, gozará de autonomía
técnica y de gestión para dictaminar las resoluciones que se desprendan del
ejercicio de sus funciones”, se explica en la exposición de motivos (http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/62/2014/sep/20140904-IV.html#Iniciativa12).
El México de hoy, que se
caracteriza por su diversidad religiosa, necesita está ley para acabar con "los
casos de violaciones del Estado laico por diversas autoridades en diversos
lugares del país y la ausencia total de sanciones" por parte de la Secretaría
de Gobernación. La necesita “para dotar de contenido lo referente al Estado
laico, desde una perspectiva de derechos humanos en congruencia con el artículo
1o. constitucional, donde el Estado tiene obligaciones y deberes en materia de
derechos humanos en su respeto y tutela, por lo que desde la perspectiva laica,
esto es una base sustancial de los principios de igualdad y no discriminación”
(Ídem).
De aprobarse la iniciativa en
comento, los mexicanos comenzaremos a presenciar el fin de la impunidad de los políticos
y servidores públicos que se llenan la boca hablando de las bondades de la
laicidad, para después participar con carácter oficial en ceremonias donde
entregan a Jesucristo las llaves de alguna ciudad, o en las que consagran una
entidad federativa al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado de María,
vulnerando así el artículo 40 constitucional que establece el carácter laico de
la República Mexicana en los siguientes términos: “Es voluntad del pueblo
mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica,
federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su
régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los
principios de esta ley fundamental”.
Hasta el día de hoy no se han
aplicado sanciones a los funcionarios que, en el ejercicio de sus funciones públicas,
han procedido como si México fuese un Estado confesional, en cuya vivencia se suprimió,
por más de tres siglos, la diversidad religiosa al establecer a la religión católica
como la única, sin tolerancia de ninguna otra; tampoco se ha sancionado a los
clérigos que violan flagrantemente las leyes que prohíben la participación de
los ministros de culto en actividades de índole política. De ahí la necesidad
de robustecer el Estado laico, que “está anclado en el principio de soberanía
popular, sostenido en valores de la ética pública, de los derechos humanos, en
el cual las autoridades y servidores públicos de todas las entidades, poderes u
órganos, tienen la responsabilidad de asumir en su ejercicio el régimen de
laicidad” (Ídem).
Me parece justo reconocer, por
último, el trabajo y aporte de Foro Cívico México Laico en la elaboración de
esta importante iniciativa de ley. Hablamos de un movimiento ciudadano sin
filiación política, preocupado porque en México se respete el Estado laico, el
cual surgió luego del albazo constitucional que se diera el 15 de diciembre de
2011 en la Cámara de Diputados, donde, con una prisa sospechosa, se aprobó la
reforma del artículo 24 constitucional, cuyo dictamen contemplaba el
desmantelamiento del Estado laico y la educación laica en perjuicio de las
libertades de las minorías. De entonces a la fecha, Foro Cívico México Laico no
ha cesado de realizar e impulsar acciones orientadas al fortalecimiento y
consolidación de la laicidad del Estado.
Los mexicanos confiamos que la
actual Legislatura tendrá altura de miras y se colocará más allá de los
intereses de grupos a la hora de analizar y discutir la iniciativa Ley General
de Laicidad, tan necesaria en un país como el nuestro, donde el Estado laico es
fundamental para lograr la erradicación de la discriminación religiosa y la
convivencia armónica de los mexicanos plurales y diversos, así como para
impedir el retorno del clero a su antigua posición de privilegio económico y
social que tuvo en el virreinato y en las primeras décadas del México
independiente.
Twitter: @armayacastro
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