sábado, 28 de marzo de 2015

VISITA DEL PAPA A TURÍN: LA SÍNDONE Y LOS VALDENSES

Por Armando Maya Castro
La llamada Sábana Santa ha sido objeto de polémica por siglos

Francisco será el primer papa de la historia en ingresar a una iglesia valdense; lo hará el próximo 22 de junio en Turín, donde también visitará la llamada "Sábana Santa", un lienzo de lino que mide 436 centímetros de largo por 113 de ancho, y que según la tradición envolvió el cuerpo de Jesús de Nazaret después de la crucifixión.

La prueba del carbono 14, practicada por un grupo de arqueólogos en 1988, prueba que el Manto de Turín no pudo estar en la tumba de Cristo en el siglo I, pues data del medievo, específicamente de entre los siglos XIII y XIV, que fue, justamente, la época en que el negocio de las reliquias estaba en su apogeo.

Javier Martínez-Pinna, en su obra Grandes tesoros ocultos, se refiere a la Síndone, como se conoce también al lienzo, en los siguientes términos: "La polémica que rodea este objeto ha provocado un encendido debate entre aquellos que lo consideran una prueba irrefutable de la existencia y divinidad de Cristo, y los que no ven en ella más que un simple fraude cuya antigüedad no superaría los setecientos años".

El pasado mes de octubre, el investigador y escritor británico, Charles Freeman, aseguró en History Today, una revista londinense especializada en historia, que la Sábana Santa “es falsa sin lugar a dudas”. Para demostrarlo, menciona la datación por radiocarbono ya mencionada, además de señalar que no es posible encontrar mención del manto antes del año 1355, lo que resulta extraño para un artículo de tanta importancia. Freeman sostiene, asimismo, que existen evidencias de que el sudario ha sido alterado a través del tiempo, y que fue utilizado durante rituales en la pascua del medievo: “Es increíble, pero pocos investigadores parecen haberse dado cuenta de que la Síndone era muy distinta en los siglos XVI y XVII al objeto que vemos hoy día”, indicó el historiador. 

A pesar de que la sábana ha sido objeto de polémica por siglos, el papa la venerará en su viaje a Turín, donde también visitará, el 22 de junio, un templo de los valdenses. Para entender por qué se le ha dado tanta importancia a la noticia de que Jorge Mario Bergoglio será el primer pontífice romano en visitarlos, es importante ver quiénes fueron los valdenses. En el pontificado de Alejandro III, un comerciante francés llamado Pedro Valdo (1140-1206) se opuso a la autoridad jerárquica de la Iglesia católica, a las indulgencias, al ayuno y a la invocación de los santos. Estas doctrinas provocaron la animadversión de la Iglesia romana contra ellos, lo que obligó a los valdenses a acudir al papa, "reunido con su concilio en Letrán", al que le "explicaron sus sencillos propósitos", señala José Grau en su obra Catolicismo Romano: Orígenes y Desarrollo. El papa negó a los valdenses lo único que pedían: el derecho a predicar. Tras esta intolerante negativa, los discípulos de Valdo fueron "perseguidos como bestias feroces, entregados a los más horribles suplicios u obligados a dejar Lyon", asevera Mauricio de la Chàtre en su Historia de los Papas y los Reyes.

La violencia contra ellos y la pena de excomunión del papa Lucio III no frenó el trabajo de difusión de los valdenses por toda Europa. Estas persecuciones se prolongaron tanto que, hasta en 1487, Inocencio VIII se ocupaba en organizar una cruzada contra los valdenses del Delfinado y Saboya: “Corred a las armas y pisotead a los herejes como a áspides venenosos”, ordenaba la bula papal. 

No se trata de denigrar a la Iglesia católica, sino de presentar hechos históricos que probablemente el papa reconocerá en su estancia en Turín. Lo digo porque Juan Pablo II hizo algo similar con los husitas, planteando la posibilidad de rehabilitar a Juan Hus, luego de reconocer que fue excesivo el castigo a la hoguera que el Concilio de Constanza le impuso el 6 de julio de 1415. Si no se da tal reconocimiento y Bergoglio se limita a presentar su visita a los valdenses como un gesto auténticamente ecuménico, orientado al diálogo y a la relación fraterna, ahí está la historia, que seguirá denunciando la intolerancia que los católicos desplegaron en el pasado contra los valdenses y otras minorías religiosas.

Publicado en el diario El Occidental, el 28 de marzo de 2015





martes, 24 de marzo de 2015

DÍA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA

Por Armando Maya Castro

Hoy, los argentinos conmemoran  el  Día  Nacional  de  la  Memoria  por  la  Verdad  y  la  Justicia, una conmemoración establecida el 2 de agosto del año 2002. En esa fecha, el Congreso de la Nación Argentina dictó la Ley número 25.633, la cual establece en su artículo primero: “Institúyese el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976″.

Para entender el porqué de esta conmemoración, es importante remontarnos al 24 de marzo de 1976, fecha que inaugura uno de los periodos más sangrientos en la historia de Argentina, con violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos. 

La madrugada de ese día, María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabel Perón, fue depuesta del cargo por un golpe militar encabezado por el general Jorge Rafael Videla, quien se convirtió en presidente de la Junta Militar que disolvió el Congreso, impuso la ley marcial y gobernó por decreto.

Al asumir la Primera Magistratura de la República Argentina, el 30 de marzo de 1976, Videla habló de derechos humanos, los cuales nunca respetó. Esto fue lo que dijo en su discurso de ese día: "Para nosotros, el respeto de los derechos humanos no nace sólo del mandato de la ley ni de las declaraciones internacionales, sino que es la resultante de nuestra cristiana vocación acerca de la preeminente dignidad del hombre como valor fundamental. Es justamente para asegurar la debida protección de los derechos naturales del hombre, que asumimos el pleno ejercicio de la autoridad; no para conculcar la libertad, sino para afirmarla; no para torcer la justicia, sino para imponerla" (Excélsior, 12 de septiembre de 1976, pág. 28 A, citado por Óscar Correas, Acerca de los derechos humanos. Apuntes para un ensayo, México, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 119).

Con la instauración de la dictadura, que en un principio buscaba poner fin a la convulsiva etapa que había agitado en las décadas precedentes a ese país sudamericano, la Junta Militar desplegó una estrategia de dominio sobre la población bajo la forma de terrorismo de Estado, pasando por encima de los derechos humanos: suprimió los sindicatos, prohibió los partidos políticos y declaró la guerra a los adversarios políticos del nuevo régimen. 

De 1976 a 1983, la dictadura cometió sistemáticamente crímenes contra la humanidad, además de endeudar y empobrecer al país mediante la aplicación de un modelo económico contrario a los intereses de Argentina. Entre los crímenes cometidos en ese lapso se cuentan secuestros, torturas y fusilamientos en agravio de sus oponentes –o de los sospechosos de serlo–, ejecutando tales prácticas en los centros de detención clandestinos creados para tal fin. No podemos omitir los “vuelos de la muerte”, una práctica siniestra que se empleó para arrojar al Océano y al Río de la Plata a varios desaparecidos vivos.

Ana González Bringas, en el libro El derecho a la memoria, dirigido por Felipe Gómez Isa, menciona una práctica represiva de terror "que consternó más que ningún otro a la opinión pública [argentina], una vez que se dio a conocer: la apropiación de bebés y niños, hijos de detenidos, para luego ser entregados a familias distintas de la originaria, negando su historia y su pasado, cortando sus familiares y reemplazándolos por otros". "El secuestro de niños –añade la autora– no fue sólo un resultado no deseado fruto de la violencia generada hacia los progenitores de los mismos, sino que fue una acción adoptada con premeditación, e incluso definida en una de las directrices de actuación contra la subversión”. 

La pregunta que todos nos hacemos es esta: ¿Qué ha pasado con los autores de estas vejaciones? La respuesta nos la da una nota de la agencia noticiosa AP, difundida en varios periódicos del mundo el pasado 21 de marzo: “En los últimos 9 años se dictaron 136 sentencias, 31 de ellas en firme. En ellas se sentenció a 613 personas, 50 de las cuales fueron absueltas, según el último informe de la Procuraduría de Crímenes de la Humanidad, actualizado al 18 de marzo de este año, cuando falta muy poco para que se cumplan 39 años del golpe de Estado”. 

Videla, el genocida emblema de la dictadura más sangrienta de Argentina, y quien nunca se arrepintió de sus excesos, murió en prisión el 17 de mayo de 2013. Se hallaba allí cumpliendo la pena de condena perpetua por crímenes de lesa humanidad, mismos que cometió de manera reiterada durante su gobierno de facto.

Aunque sobre el tema falta mucho por esclarecer, juzgar y condenar, las sanciones que en los últimos años se han impuesto a los culpables son importantes para evitar que los crímenes en comento queden impunes. Ojalá que estas sanciones sirvan para que los gobernantes de todos los países piensen muy bien sus decisiones de gobierno y eviten violaciones a los derechos humanos como las que tuvieron lugar en los años sesenta y setenta en la República de Argentina y en otros países sudamericanos. 

Twitter: @armayacastro

Publicado el 24 de marzo de 2015 en el diario El Mexicano de la ciudad de Tijuana


viernes, 20 de marzo de 2015

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE BENITO JUÁREZ

Por Armando Maya Castro
Esta escultura de bronce, representando a Juárez en posición sentado y teniendo en sus manos las Leyes de Reforma, se sitúa en la plaza central de San Pablo Guelatao, Oaxaca. Junto a él, un muro de cantera verde y rosa con una leyenda de la frase juarista que se conoce en todo el mundo: "El respeto al derecho ajeno es la paz" 

Un día como hoy, pero de 1806, nació Benito Juárez García en San Pablo Guelatao, un pueblo de la jurisdicción de Santo Tomás Ixtlán en el estado de Oaxaca, que en ese tiempo “apenas contaba con veinte familias”, como lo escribió el propio Juárez en su libro Apuntes a mis hijos. 

Sus padres, Marcelino Juárez y Brígida García, "indios de la raza primitiva del país", fallecieron cuando el pequeño Benito tenía tres años. Al faltar sus progenitores, él y sus hermanas María Josefa y Rosa quedaron al cuidado de sus abuelos paternos, Pedro Juárez y Justa López, “indios también de la nación zapoteca”, apunta Juárez en su obra autobiográfica antes mencionada. 

A los pocos años, dejaron de existir también los abuelos de Benito, quien se quedó bajo la tutela de su tío Bernardino Juárez. La pobreza en la que éste vivía no le impidió despertar en su sobrino el interés de superación: “aprender el idioma castellano, lograr que los patrones de una casa particular de Oaxaca lo recibieran en ella a cambio de techo, alimento, ropa y el compromiso de enseñarle a leer y escribir el castellano y, como sueño inalcanzable, lo apoyaran a seguir la carrera sacerdotal, por ser el único medio para los indígenas pobres de realizar estudios superiores en el Seminario que funcionaba en esa ciudad”, resume Eduardo Philibert Mendoza en su libro Personajes Notables de la Historia de México 2

Lo que consiguió a partir de entonces es presentado por la historia oficial como un ejemplo de superación personal. Y no podía ser de otra manera si tomamos en cuenta que aquel zapoteco de humilde condición, tras aprender a hablar, leer y escribir en español, cursó estudios hasta recibirse de abogado, logrando ascender y superarse: fue gobernador de Oaxaca, ministro de la Corte de Justicia y presidente de la República. 

Además, el gobierno del Benemérito de las Américas expidió las Leyes de Reforma, a las que Jorge Carpizo define como "la destrucción de las estructuras coloniales y medievales que habían perdurado durante el México independiente; esas leyes son parte del sustento mismo de nuestro constitucionalismo: libertad, igualdad, tolerancia, pluralismo, Estado laico, principio de legalidad y respeto a los derechos de las minorías. Estas leyes son el fundamento de nuestro Estado y la defensa del sistema constitucional" (“Juárez, jurista y defensor de la Constitución”, en Manuel Camacho Solís, Actualidad de Juárez, D.F.: UNAM, 2004, p. 36). 

En el aniversario del natalicio de Benito Juárez es importante mencionar que el mérito de las Leyes de Reforma no es sólo suyo, sino de una pléyade de liberales a la que pertenecieron, entre otros, Melchor Ocampo y Miguel Lerdo de Tejada, encargados de redactar las leyes en cuestión. 

Con las Leyes de Reforma, Juárez y los liberales de su tiempo lograron la nacionalización de los bienes eclesiásticos, la separación entre la Iglesia y el Estado, la exclaustración de monjes y frailes, la secularización del registro civil, de los cementerios y de las fiestas públicas, además de la promulgación de la Ley sobre Libertad de Cultos, publicada el 4 de diciembre de 1860. 

Respecto a la libre expresión, es obligado recordar que en el periodo presidencial de Benito Juárez mejoraron de manera considerable las condiciones para la libertad de expresión, especificadas en la primera Constitución liberal que tuvo México, la de 1857. Gracias a ello, en ese tiempo se publicaron periódicos de diferentes tendencias políticas e ideológicas, en los que se exponían y defendían las ideas de los grupos, ya fueran conservadores o liberales. 

El especialista en temas históricos, José Manuel Villalpando, señala que “Con Juárez México vivió por primera vez una época de plena libertad de expresión, sin cortapisa alguna. No hubo censura, ni periodística ni editorial. Juárez extendió la libertad hasta el campo de la educación: la que impartiera el estado sería laica pero los particulares podían impartirla en cualquier nivel” (José Manuel Villalpando, Benito Juárez: una visión crítica en el bicentenario de su nacimiento, México, Planeta, 2006, pp. 125 y 126). 

Lamentablemente, hoy por hoy el carácter laico del Estado y de la educación se encuentran bajo amenaza, como también se haya en riesgo la libertad de expresión, lo que obliga a los mexicanos de hoy a redoblar esfuerzos para poner a salvo el legado jurista. 

Twitter: @armayacastro

BENITO JUÁREZ Y LOS EVANGÉLICOS DE MÉXICO

Por Armando Maya Castro

Por adelantado, miles de evangélicos del estado de Tabasco celebraron el pasado lunes el 209 aniversario del natalicio de Benito Juárez García, contando con la presencia del gobernador de esa entidad, Arturo Núñez Jiménez, quien reconoció en el Benemérito de las Américas a un hombre fiel a sus principios, que trabajó en  la construcción democrática de México.

Este homenaje, y muchos otros que los evangélicos de México han brindado a la figura de Juárez en celebraciones similares, son resultado del reconocimiento de las iglesias no católicas al legado juarista, lo que permitió que en nuestro país existiera la diversidad religiosa. Esto último era algo impensable e imposible antes de que fuesen promulgadas las Leyes de Reforma, ese “conjunto de leyes y decretos cuyo objeto era implementar la ejecución de algunas normas constitucionales dirigidas a terminar con el inmenso poder de la iglesia católica en la vida política nacional”, apunta Fernando Serrano Migallón en su obra Las Constituciones de México.

Fue "con el triunfo de las ideas liberales, plasmadas en la Constitución de 1857, y con la Ley de Libertad de Cultos, promulgada por Benito Juárez en 1860", cuando "se puso en marcha el marco legal [...] para dar oportunidad a los mexicanos de conocer y practicar otras creencias diferentes al catolicismo", señala Deyssy Jael de la Luz García en su obra El Movimiento Pentecostal en México: La Iglesia de Dios, 1926-1948.
Antes de Juárez y los hombres de la Reforma, las diversas constituciones que tuvo México eran intolerantes, pues sólo reconocían a una Iglesia: la católica, cuyos jerarcas gozaban de todo género de privilegios, incluso por encima del Estado. Estas prerrogativas llegaron a su fin luego de la promulgación de las Leyes de Reforma, incorporadas a la Carta Magna de 1857, el 14 de diciembre de 1874, durante el mandato de Sebastián Lerdo de Tejada.

Hasta aquí, todo bien para México y también para los evangélicos, quienes comenzaron a ejercer inmediatamente la libertad religiosa otorgada por las leyes juaristas, lo que ocasionó el furor de los clérigos y fieles de la Iglesia católica. La reacción católica ante la labor proselitista que los evangélicos comenzaron a realizar desde aquellos años, incrementó la intolerancia religiosa en varias zonas del país, como lo han documentado diversos autores.

En estos 150 años, la herencia juarista no ha logrado suprimir del todo la intolerancia religiosa, como muchos lo quisiéramos. Aun así, tenemos que agradecerle a Juárez y a los liberales de su tiempo la existencia de las leyes que, de entonces a la fecha, han sido creadas en contra de la discriminación e intolerancia religiosa, enemigos despiadados de las minorías religiosas.

Sobre la figura de Juárez, debo decir que, a pesar del desdén a su obra por parte del clero católico, ésta se ha agigantado con el correr de los años. Las infamas que durante más de 150 años se han volcado contra esa figura señera, no han logrado afectar la personalidad del oriundo de San Pablo Guelatao, Oaxaca. Los grupos de derecha, empecinados en sepultar el legado laicista de Juárez, no han conseguido su objetivo. Tampoco lo ha logrado la clase política y gobernante que se rinde a los pies de un poder extranjero, permitiendo la intromisión del Vaticano en asuntos internos de México, como lo hizo el papa Francisco al expresar su deseo de que Argentina se encuentre “a tiempo de evitar la mexicanización”. 

A dos días de la celebración oficial del natalicio de Benito Juárez, los mexicanos seguimos altamente preocupados por los esfuerzos anti laicistas del clero y de la derecha confesional, interesados en reformar los artículos constitucionales que impiden que la Iglesia católica recupere privilegios en el campo de la educación pública y en la posesión y control de los medios masivos de comunicación.

Twitter: @armayacastro 


Publicado el 20 de marzo de 2015 en el diario El Mexicano


sábado, 14 de marzo de 2015

MISOGINIA ENTRE LA CLASE POLÍTICA MEXICANA

Por Armando Maya Castro
“Ustedes son lo mejor que nos ha pasado. Están rebuenas todas para cuidar niños, para atender la casa, para cuando llega uno y ‘a ver, mijito, las pantunflitas’” (Kiko Vega).

Antes, durante y después de la celebración del Día Internacional de la Mujer, que conmemoró el pasado 8 de marzo los esfuerzos de las mujeres en la vindicación de sus derechos como trabajadoras y ciudadanas, la clase política y gobernante de México se volcó en elogios, aplaudiendo el esfuerzo, el talento y lucha constante de las mujeres.

En esos días, varios políticos ponderaron los avances, las políticas públicas  y la creación de nuevas leyes en favor de los derechos de las mujeres, así como el compromiso de las instituciones y autoridades de gobierno en términos de mejorar la situación de todas ellas, la cual sigue siendo difícil en diversos ámbitos de participación social, política y laboral. Cabe mencionar que esto último pocos lo dijeron.

Algunos políticos, queriendo elogiar a las mujeres, terminaron denigrándolas. Me refiero específicamente al  gobernador de Baja California, Francisco Arturo Vega de Lamadrid, mejor conocido como Kiko Vega, quien dijo a las mujeres en el evento Macro Jornada de Servicios “Oportunidad es Baja California”: “Ustedes son lo mejor que nos ha pasado. Están rebuenas todas para cuidar niños, para atender la casa, para cuando llega uno y ‘a ver, mijito, las pantunflitas’” (sic).

Estas palabras ofendieron a las mujeres de México y suscitaron reacciones encendidas, sobre todo entre los políticos no panistas, algunos de los cuales buscan sacar raja política de las desafortunadas expresiones del gobernador bajacaliforniano. En la Cámara de Diputados, las legisladoras federales de todos los partidos políticos reaccionaron con enfado por las palabras de Kiko Vega. Algunas lo calificaron como misógino, y otras como cobarde y cínico. La diputada priísta, Lourdes Quiñones Canales, se expresó así del gobernador albiazul: "Sólo a un mono neuronal se le ocurre pensar, en el siglo XXI, que las mujeres únicamente estamos destinadas a cuidar niños, a atender la casa y acercar las pantuflas al señor. Sólo un cretino puede atreverse a utilizar públicamente palabras con doble sentido para referirse a las mujeres. Quien violenta y discrimina a las mujeres, viola la Constitución y la ley, y quien viola las normas jurídicas, es un delincuente". Kiko Vega, afirma Luciano Franco en una nota publicada en el diario capitalino Crónica, “había logrado lo que cualquier político sueña: unir a todas [las diputadas]… pero en su contra”

El caso ya está en manos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), quien admitió la queja formal presentada por Elvira Luna Pineda, vicepresidenta de la Comisión de Género de la Confederación de Colegios y Asociaciones de Abogados de México, por considerar que las expresiones del gobernador son “misóginas y discriminatorias”. La abogada en referencia pidió al organismo encargado de recibir y resolver las reclamaciones y quejas por actos discriminatorios, "que se dicten las medidas de prevención y reparación, además de las sanciones correspondientes en contra del gobernador Vega".

Es muy importante que este caso no quede en la impunidad, como quedaron en el pasado las expresiones machistas y misóginas del ex presidente de México, Vicente Fox Quesada, quien ofendió a las mujeres de nuestro país al decir que “el 75 por ciento de los hogares de México tienen una lavadora, y no precisamente de dos patas”. Me queda claro que la misoginia no es exclusiva de los gobernantes y políticos del PAN. Y lo digo porque recuerdo el caso del diputado priísta Salvador Arellano, quien tuvo un resbalón al comparar a las mujeres con la tierra de cultivo, a las que hay que trabajar y abonar, para que den buenos productos, dijo.

En esos días, varios políticos propusieron educar y sensibilizar a los diputados; incluso, se habló de la posibilidad de que Ricardo Bucio, presidente del Conapred, impartiera un curso de sensibilización que permitiera a los legisladores de México eliminar el lenguaje misógino.

En mi opinión, estas expresiones misóginas son resultado de un problema cultural y de valores, que evidencia el machismo existente en el ánimo de varios miembros de la clase política mexicana, quienes están lejos de asumir y respetar la igualdad de género, lo que implica que los hombres y mujeres de México deben ser tratados con el mismo respeto y recibir los mismos beneficios.


Publicado en El Occidental, el día 14 de marzo de 2015



jueves, 12 de marzo de 2015

LA EDUCACIÓN LAICA EN EL CONTEXTO DE LA DIVERSIDAD

Por Armando Maya Castro
 Sólo para el 12.1 por ciento de los entrevistados por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), la educación debe ser religiosa. La encuesta se levantó en agosto de 2011

El pasado martes por la tarde, el presidente Enrique Peña Nieto recibió en la Residencia Oficial de Los Pinos a los integrantes de la Presidencia y del Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, quienes le expresaron su reconocimiento “por las reformas estructurales aprobadas en lo que va de su gestión y por los avances que en materia de seguridad se han logrado, como lo muestra la aprehensión de quienes encabezaban varios grupos delincuenciales”. 

Estos avances –como se considera la detención del Z-42, de La Tuta, de El Chapo y de varios capos más– serán pronto del conocimiento del papa Francisco, quien por comentarios de los obispos de México sabía que en nuestro país "la cosa está de terror", situación que lo impulsó a expresar, en carta privada dirigida al legislador argentino Gustavo Vera: “ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización”, en referencia al avance del narcotráfico en Argentina. Digo que pronto lo sabrá porque en el encuentro de los obispos con el Jefe del Ejecutivo Federal estuvo también el nuncio apostólico, Christophe Pierre, quien tiene el deber de mantener informado al papa Francisco de sus actividades en nuestro país. 

Sé perfectamente bien que el reconocimiento de los obispos a los esfuerzos del gobierno federal para disminuir la violencia derivada del narcotráfico, no acallará sus voces. Ellos seguirán diciéndole a la gente y a las autoridades que los elevados índices de violencia en México son consecuencia de la falta de valores en la educación, un tema que han puesto sobre la mesa varios obispos en las últimas semanas. 

Para muestra el siguiente botón: el pasado 7 de marzo, el arzobispo de León, Guanajuato, Alfonso Cortés Contreras, señaló en rueda de prensa que existe en la actualidad “una emergencia educativa en el país; la violencia, la injusticia, la corrupción, la falta de paz en la sociedad es fruto de la ignorancia”. Ahí mismo, anunció la realización del evento "Encuentros de Educación y Cultura ante un Mundo que cambia", mismo que se desarrollará del viernes 13 al 19 de marzo, encabezado por el nuncio Christophe Pierre. 

De acuerdo con el programa de actividades del evento, publicado en el sitio web de la Arquidiócesis de León, el tema central será “Educar en un cambio de época”, en el marco del cual se presentará el documento de la cúpula episcopal “Educar para una nueva sociedad. Reflexiones y orientaciones sobre la educación en México” (http://www.cem.org.mx/i/uploads/EDUCAR_PARA_UNA_NUEVA_SOCIEDAD_LibroCOMPLETO.pdf). 

Rodolfo Echeverría Ruiz, ex presidente de la Fundación Colosio A.C., define el documento antes mencionado como "un catálogo de alegatos políticos bajo el palio de un pretendido orden teológico, antropológico e histórico, destinado a fundar su obsesión de volver a controlar la enseñanza en México" (El Universal, 23 de noviembre de 2012).

“Educar para una nueva sociedad” pugna por la educación religiosa en los establecimientos de educación pública, lo que constituye un atentado al carácter laico de la educación. El siguiente párrafo del documento eclesial confirma mi aseveración: “Queda un largo camino para cambiar no sólo algunas leyes, sino la mentalidad de los responsables de la política educativa en orden a garantizar y respetar las libertades para todos y el derecho primario de los padres a la educación de sus hijos” (pág. 38). 
En la página 98, los obispos llaman al Estado a “respetar y promover el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones éticas y religiosas", restándole importancia a la composición religiosamente plural del pueblo mexicano. 

Los obispos de México no pueden, bajo ningún argumento, imponerle al Estado obligaciones que entran en contradicción con el artículo 3° constitucional, el cual plantea que la educación que imparte el Estado “será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”. Este ordenamiento jurídico, que está en la mira de la jerarquía católica desde la promulgación de la Constitución de 1917, prohíbe que la educación oficial se impregne de elementos religiosos, pues al hacerlo, el Estado deja de ser el representante de una sociedad religiosamente plural, y se convierte en el representante de una confesión religiosa en particular. 

Por último, deseo dejar en claro que la violencia que afecta a varios estados de la República Mexicana, y que es practicada por individuos sin valores, no es consecuencia de la educación laica que imparte el Estado, como algunos clérigos intentan hacernos creer. Esta violencia es el resultado de lo que se ha dejado de hacer en el seno familiar, donde los padres de familia pueden instruir religiosamente a sus hijos, sin que la ley se los impida. Los ministros de culto, en cumplimiento a su labor pastoral y en apoyo a las familias que pastorean, pueden y deben hacer este trabajo de instrucción religiosa en los templos y demás espacios destinados al culto y a la instrucción religiosa. Puede haber quien se pregunte: ¿y por qué no en las escuelas públicas? Porque los establecimientos oficiales de educación no han sido creados para la discriminación, sino para la convivencia escolar armónica de niños y niñas con diferentes convicciones religiosas o sin ellas, algo que sólo es posible en las escuelas que imparten educación laica. 


Publicado en El Mexicano, el 12 de marzo de 2015




sábado, 7 de marzo de 2015

INTOLERANCIA RELIGIOSA CONSTERNA A LA ONU

Por Armando Maya Castro
Zeid Ra'ad Al Hussein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, se dijo consternado por la creciente ola de ataques en todo el mundo que se dirigen a las personas por razón de sus creencias religiosas

El pasado 5 de marzo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas su informe anual sobre la situación en el mundo en materia de derechos humanos. 

Zeid, quien asumió su actual cargo en la ONU el 1 de septiembre de 2014, se dijo “consternado por la creciente ola de ataques en todo el mundo que se dirigen a las personas por razón de sus creencias religiosas". Al abundar sobre el tema en cuestión, señaló: “Nosotros seguimos observando horribles actos de odio racial y religioso, incluso en muchos países de Europa Occidental y América del Norte, así como la evidencia de la actuación policial injusta, insultos diarios y la exclusión”.

La consternación de la ONU tiene razón de ser si tomamos en cuenta el incremento de los ataques a la religión no islámica por parte de los grupos extremistas que operan en los países musulmanes, donde la hostilidad social hacia las minorías religiosas experimenta un alarmante crecimiento. Pero el problema va más allá de los países donde el fundamentalismo de Al Qaeda, Estado Islámico y Boko Haram ha generado dolor y muerte.  La intolerancia religiosa la encontramos también en China, donde la policía persigue y castiga con dureza a quienes poseen grabaciones de discursos del Dalai Lama, la autoridad suprema del budismo tibetano, quien tiene estrictamente prohibido volver al Tíbet.

Europa, cuna de la cultura occidental, no está exenta del flagelo del racismo y de la intolerancia religiosa. Así lo demuestran los recientes casos de discriminación y hostilidad hacia los judíos que viven en Francia y Dinamarca, en contra de los cuales se pronunció Benjamín Netanyahu a mediados del pasado mes de febrero: “Están matando judíos en Europa otra vez, simplemente por el hecho de ser judíos”. En el marco de estas declaraciones, el primer ministro israelí pidió a los judíos europeos volver a Israel, “vuestro hogar”, les recordó. Aunque sé bien que se trata de hechos que no se comparan en magnitud y gravedad a los cometidos por las huestes de Hitler en tiempos de la Alemania nazi, es importante que dichos atropellos sean denunciados, atendidos y castigados. Por ningún motivo debe quedar impune la profanación de tumbas judías en un cementerio de Sarre-Union, en el este de Francia, el pasado mes de febrero. Dejar en la impunidad este y los demás casos de antisemitismo equivale a propiciar la indeseable reproducción de los horrores del holocausto nazi. 

En el caso específico de México tenemos el caso de Chiapas, el estado con más conflictos basados en motivaciones de índole religiosa. La mayoría de los casos de intolerancia y discriminación religiosa en ese estado de la República han sido provocados por la actitud intransigente de los católicos tradicionalistas, quienes comenzaron a expulsar evangélicos de sus comunidades desde los años setenta. Esta situación prevalece hasta el día de hoy, a pesar de que los números demuestran que se trata de la entidad federativa con la diversidad religiosa más amplia del país, con una población no católica que, según el Censo de Población 2010, alcanza ya el 42 por ciento, incluido el 12.1 por ciento que se declaró sin religión (El Universal, 18 de abril de 2014).

Lamentablemente, esta intolerancia se replica impunemente una y otra vez en varias comunidades situadas en ese estado, principalmente en la región de Los Altos de Chiapas, así como en varias poblaciones indígenas de los estados de Oaxaca, Puebla, Hidalgo y Guerrero, en donde muchas personas siguen negándose a aceptar que en nuestro país, desde hace más de 150 años, las personas son libres de profesar la religión que esté de acuerdo con los dictados de su conciencia.
Por este tipo de violaciones a los derechos humanos, Zeid instó a los Estados a respetar los tratados internacionales al luchar contra el extremismo religioso. Ojalá que el llamado de la ONU sea atendido por todos los países del mundo, a fin de que cesen los constantes atropellos a la dignidad humana. 




jueves, 5 de marzo de 2015

DESCONFIANZA E INCREDULIDAD

Por Armando Maya Castro

En una entrevista con el diario Financial Times, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció que en México existe, sin lugar a dudas, “una sensación de incredulidad y desconfianza... ha habido una pérdida de confianza y esto ha generado suspicacia y duda". 

Peña Nieto tiene razón en lo que declara: al México escéptico de hoy, las acciones y mensajes de gobierno, así como las promesas de campaña de los aspirantes a los diversos cargos de elección popular, le inspiran muy poca confianza. Desde hace varios años, pero más marcadamente en la actualidad, en nuestro país se observan altos niveles de desconfianza en las instituciones y en las personas que ocupan los espacios públicos. No se confía, como debiera, en la policía, ni en los partidos políticos, ni en los sindicatos.

Las declaraciones que el presidente de México dio al diario británico se referían evidentemente a las dudas y desconfianza de los mexicanos en relación a su gobierno. Y es que él, mejor que nadie, sabe que muy pocos creen en la versión que ha dado la Procuraduría General de la República (PGR), en el sentido de que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados y quemados en septiembre de 2014. Si creyeran, como lo anhela el gobierno federal, los familiares de las víctimas habrían dejado de protestar y de exigir la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos.

El gran reto de la actual administración es recuperar la confianza perdida, algo que no es imposible, pero sí difícil, tomando en cuenta que la incredulidad del pueblo va mucho más allá del caso Ayotzinapa. Los mexicanos dudan por muchas cosas, entre ellas las reformas económicas que impulsó el Jefe del Ejecutivo Federal, quien ha dicho una y otra vez que todas ellas le dan a México certeza y rumbo como nación, ya que ofrecen fortaleza al país y mayores posibilidades de prosperidad a los mexicanos. Por ello, “poner las reformas en acción seguirá siendo un asunto de primer orden para los siguientes años de mi administración”, señaló Peña Nieto el pasado 5 de febrero. La anterior declaración, y muchas otras que el primer mandatario de la nación ha hecho en ese mismo sentido, no han logrado convencer a la totalidad de los mexicanos. 

Hoy, a diferencia del pasado, los mexicanos necesitan algo más que promesas y discursos para creer en las instituciones y en las buenas intenciones de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Y es que, desde hace varias décadas, los mexicanos han dejado de informarse del discurso oficial y se informan de lo que circula en redes sociales y en los medios de comunicación, en donde encuentran información fresca sobre lo que ocurre en el entorno político de la gestión pública. En esos medios se enteran del creciente deterioro moral de los políticos que se valen de su posición para apoderarse de recursos del erario, sin que les importe que sus corruptelas se traduzcan en un lamentable incremento de la pobreza, atraso, subdesarrollo y miseria.

Son tan elevados los niveles de incredulidad, que muy pocos mexicanos creen que el Sistema Nacional Anticorrupción que impulsa Peña Nieto –en proceso de aprobación en el Congreso– vaya a terminar con los casos de corrupción política en nuestro país. Las dudas se incrementan si tomamos en cuenta que, al aprobar las reformas en materia de anticorrupción, los diputados desecharon la propuesta de que el Jefe del Ejecutivo pueda ser sancionado en caso de incurrir en actos de corrupción o en faltas administrativas graves como el conflicto de interés. Ante esta situación es obligado preguntarnos: ¿tiene no tiene razón para dudar el pueblo de México?


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