viernes, 7 de marzo de 2014

VENEZUELA, A UN AÑO DE LA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ

Por Armando Maya Castro
A un año de su muerte, millones de venezolanos lo recuerdan

En un ambiente de marcada polarización, Venezuela celebró este 5 de marzo el primer aniversario de la desaparición física del comandante Hugo Chávez Frías, un líder polémico pero carismático, con gran arrastre y un impresionante poder de convocatoria.

Para entender el carisma de Chávez conviene preguntarnos: ¿qué es un líder carismático? La respuesta nos la da el sociólogo e historiador estadounidense Immanuel Wallerstein: “Es alguien que tiene una muy fuerte personalidad, una visión política relativamente clara y una gran energía y persistencia en impulsar esta visión. Los líderes carismáticos atraen gran respaldo, primero que nada en su país. Pero los mismos rasgos de su persona que atraen respaldo son también los que movilizan una oposición profunda hacia sus políticas” (La Jornada, 30 de marzo de 2013).

En Venezuela, ni los numerosos enemigos que tuvo Hugo Chávez discuten el carisma y liderazgo de este controvertido personaje. Tampoco niegan su capacidad de gestión, esa que le permitió canalizar ingresos de la industria petrolera a rubros como la salud, la educación y el combate a la pobreza, medidas que le permitieron multiplicar las escuelas y los hospitales, erradicar el analfabetismo y disminuir la mortalidad infantil, además de facilitar el acceso a la vivienda, al trabajo y a la alimentación.  Algunas voces sostienen que esa vocación de ayudar a los desprotegidos llevó a la ruina la economía venezolana.

Pese a su sensibilidad y cercanía con el pueblo venezolano, Chávez fue acusado –desde su aparición pública en 1992– de “golpista”, “dictador”, “autoritario”, “antidemocrático” e “intolerante”. En más de una ocasión fue señalado de asumir una postura de agresiva confrontación frente a los defensores de los derechos humanos, a quienes acusó de recibir financiamiento y cumplir órdenes del gobierno estadounidense, con quien tuvo una relación tormentosa.

Debe admitirse que algunos de estos señalamientos no eran del todo infundados. Chávez sí fue autoritario, a pesar de haber declarado en su tiempo que no había país más democrático que Venezuela. Es importante aclarar, sin embargo, que el autoritarismo chavista no fue mayor que el que practicaban varios de los líderes políticos que lo censuraban.

Aunque el expresidente venezolano afirmó no haber violado las libertades fundamentales, lo cierto es que en Venezuela sí se cometieron atropellos contra la dignidad de las personas. Pero dígame usted, amable lector, ¿acaso George W. Bush, que acusó reiteradamente a Hugo Chávez de violar los derechos humanos, no cometió peores atropellos en el marco de su lucha contra el terrorismo? Prueba de ello son los esfuerzos que realiza Amnistía Internacional para que el ex mandatario estadounidense rinda cuentas ante la justicia por su implicación en violaciones de derechos humanos.

No existe el gobernante perfecto. Hugo Chávez no lo fue, a pesar de la mitificación de su persona. Cometió muchos errores, pero también tuvo aciertos que le significaron el reconocimiento y simpatía de millones de venezolanos que siguen amándole y extrañando sus discursos y su forma de gobernar y hacer política.

El legado y pensamiento del líder venezolano, cuya muerte colapsó hace un año la ciudad de Caracas, siguen siendo recordados en Venezuela y en varias partes del mundo. El gran problema es que estos dos elementos no le han sido de mucha utilidad a Nicolás Maduro, quien “no ha podido lidiar con la ya elevada inflación que se aceleró al 56% anual, y la escasez de productos básicos como la leche o el papel higiénico se ha acentuado en los últimos meses, irritando a chavistas y opositores por igual”, se afirma en una nota de Diego Oré de Reuters. Por el bien de los venezolanos, la humanidad espera que los males que aquejan a esa gran nación se resuelvan en el marco de la ley.

Twitter: @armayacastro



No hay comentarios:

Publicar un comentario