Por Armando Maya Castro
El primer mandatario de la
nación pidió a la clase gobernante no caer en triunfalismos, pues la tarea –reconoció–
es permanente, y un compromiso irrenunciable del Gobierno federal para responder
a una sociedad que exige mejores esfuerzos.
El que existan avances en
materia de protección a las libertades fundamentales no significa que se haya terminado
la pobreza, la intimidación, el maltrato, el bullying, la discriminación y la intolerancia
religiosa, formas de violencia que urge erradicar de nuestro querido México.
El discurso de Peña Nieto nos lleva
a recordar que un 10 de diciembre de 1948 fue promulgada la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el primer documento redactado por la
Comisión de Derechos Humanos, órgano normativo que fue creado en 1946 para
elaborar los documentos relativos a la defensa y protección de los derechos humanos
de los habitantes de nuestro planeta.
Tras el Holocausto Nazi, en el
que fueron exterminados sistemáticamente seis millones de judíos, la Asamblea
General de las Naciones Unidas proclamó la citada Declaración “como ideal común
por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto
los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella,
promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y
libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e
internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto
entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios
colocados bajo su jurisdicción”.
Esta resolución, que consta de
30 artículos, surgió no sólo por el rechazo generado por la política hitleriana
de exterminio de razas que incluía a judíos, gitanos, testigos de Jehová,
homosexuales, vagabundos y comunistas, sino para frenar también los abusos
perpetrados por algunos Estados en agravio de sus propios ciudadanos.
Cuando se habla de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos es obligado destacar que se trata
del primer documento que logró abordar en detalle “la noción de que existe un
conjunto de derechos internacionales y libertades fundamentales que los
gobiernos están obligados a garantizar a sus ciudadanos”.
El tema obliga a plantearnos
las siguientes preguntas: ¿Cómo estamos en materia de derechos humanos 65 años
después de la proclamación de la citada Declaración? ¿Han cesado del todo las
violaciones a las libertades fundamentales en las últimas seis décadas, al
grado de que los seres humanos puedan considerar superada la amenaza de nuevas
violaciones a sus garantías individuales? Veamos algunas de las respuestas a
estas interrogantes.
En las últimas seis décadas se
han dado importantes avances jurídicos en materia de derechos humanos. Nadie en
su sano juicio puede negarlos, como tampoco nadie puede negar que a pesar de
dichos avances los derechos humanos están lejos de convertirse en realidad para
millones de mexicanos.
Los esfuerzos de las últimas
décadas, encaminados a proteger y promover las libertades fundamentales, son
innegables, como también es innegable que en los últimos tiempos se han
producido innumerables atropellos en agravio de las minorías. Estas violaciones
han sido perpetradas, entre otros, por los miembros del credo que ha alcanzado
el estatus de religión mayoritaria, pero también por las religiones que han
alcanzado similar categoría en las naciones pertenecientes al mundo musulmán.
La importancia de los esfuerzos
realizados por la comunidad internacional en materia de derechos humanos es que
a través de ellos se intenta corregir la larga, dolorosa e interminable
historia de atropellos y violaciones, atribuible a la falta de respeto de las
personas y grupos cuyo fanatismo los lleva a excluir y maltratar a quienes
profesan un credo diferente al suyo.
Estará de acuerdo conmigo,
estimado lector, que es bueno celebrar los avances, pero es mejor reconocer que
se necesita mucho más para acabar con este tipo de prácticas y con los demás rezagos
existentes en materia de derechos humanos.
Twitter: @armayacastro
No hay comentarios:
Publicar un comentario