Por Armando Maya Castro
Hoy es el Día Internacional de la Mujer, celebración que se estableció
en Dinamarca en 1910, como homenaje y reconocimiento a las mujeres que se han esforzado
a través de los tiempos por alcanzar la igualdad, la justicia, la paz y el
desarrollo del género femenino. Esta celebración es aprovechada también para recordar
y difundir que todas las mujeres –independientemente de su edad o estatus
social– tienen el derecho fundamental a vivir libres de violencia.
El primer Día Internacional de la Mujer se conmemoró el 19 de
marzo de 1911. Participaron en dicha celebración más de un millón de mujeres,
quienes demandaban el fin de la discriminación en el trabajo, el derecho al
voto y a ocupar cargos públicos, así como el derecho a trabajar y a tener
acceso a la enseñanza vocacional.
En los primeros años se festejó en fechas diferentes, según resolvía
cada país. Fue en 1914, a propuesta de las mujeres de Alemania, cuando se conmemoró
por primera vez un 8 de marzo. Esto significa que esta fecha emblemática cumple
el día de hoy 100 años, lapso durante el cual las mujeres de México y el mundo
han librado grandes batallas en su afán por alcanzar el derecho a la equidad,
desde la diferencia.
Pese a los avances alcanzados en materia de derechos
femeninos, la discriminación de género sigue siendo una dolorosa realidad en
nuestro tiempo. Millones de mujeres siguen sin tener acceso a la justicia en
condiciones de equidad, además de sufrir el atropello de sus derechos humanos
en el hogar y en los centros de trabajo. En el caso particular de México, las
cifras son escalofriantes: cinco de cada 10 mujeres mayores de 15 años han
sufrido algún tipo de violencia, afirma ONU-Mujeres.
Estas cifras son altamente alarmantes, pero lo son más cuando
los números indican que muchas de estas cobardes agresiones son perpetradas por
la pareja. La Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), muestra
que en México más del 46% de mujeres mayores de 15 años sufrió algún incidente
por parte de su pareja (esposo o pareja, ex esposo o ex pareja, o novio).
Por lo regular, el silencio de las víctimas ocasiona que los
agresores sigan agrediendo a su pareja, impidiendo que las autoridades apliquen
las sanciones que establece la ley. Estará de acuerdo conmigo, estimado lector,
que la cultura de la no denuncia favorece la impunidad de la violencia y del
autor de la misma. También la favorece el desdén o la falta de una atención
adecuada por parte de las autoridades competentes.
Los datos que hemos mencionado, y la dolorosa situación de
segregación que enfrentan las mujeres en México, nos llevan a plantearnos la siguiente
pregunta: ¿tienen algo que celebrar las mujeres este 8 de marzo? Alguien podrá responder
que sí al tomar en consideración que hoy –como nunca antes en el pasado– los
derechos de las mujeres se encuentran plenamente reconocidos en la legislación
nacional e internacional. En mi opinión, estos avances deben celebrarse con la
debida sobriedad, advirtiendo a la sociedad y a las instituciones públicas la
necesidad de redoblar esfuerzos para lograr la erradicación de este lamentable mal.
Respecto a los feminicidios, deseo recordar que este problema
no es privativo de un solo estado de la República Mexicana. Actualmente estos asesinatos
se producen en diversas partes de México, ya no sólo en la fronteriza Ciudad Juárez,
que se hizo tristemente famosa por las llamadas “muertas de Juárez”. Recordará
usted que muchos de estos asesinatos quedaron en la más completa impunidad debido
a la incapacidad de las autoridades para esclarecer la responsabilidad de
dichos delitos. No olvidemos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos
llegó a considerar al Estado Mexicano como uno de los principales responsables
de estos hechos. En 1998, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la
recomendación 44/98 al gobernador de Chihuahua y al presidente municipal de
Juárez, recomendando iniciar procedimientos administrativos a varios servidores
públicos por omisiones y actos de negligencia durante la indagatoria.
La celebración del Día Internacional de la Mujer representa
una magnífica oportunidad para considerar lo que debe hacerse contra la
discriminación, la explotación y la violencia, males que degradan y denigran la
dignidad de las mujeres. Por la enorme deuda que México tiene con las mujeres,
la celebración de este día no debe ser para pronunciar discursos cargados de
jactancia por los avances en materia de derechos femeninos. Ojalá que, por
respeto a las mujeres, las disertaciones de nuestros políticos y gobernantes
sean lo suficientemente mesuradas.
Twitter: @armayacastro
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