Por Armando Maya Castro
“La reacción nunca duerme”; decía
Benito Juárez al observar la lealtad del clero católico al Vaticano, y su falta
de compromiso con México y los mexicanos. Hoy como ayer, la jerarquía católica
busca privilegios; quiere que se le permita impartir religión católica en las
escuelas públicas, pasando por encima de la laicidad del Estado mexicano.
La bancada del Partido
Acción Nacional en el Estado de Puebla fue la primera en presentar una
iniciativa de decreto por el que se reforma el artículo 2° de la Constitución
Política del Estado Libre y Soberano de Puebla. El diputado Juan Carlos Espina
von Roehrich presentó dicha iniciativa, generando inmediatas y justificadas
reacciones de los grupos defensores del Estado laico y de la educación que en
el marco del mismo se imparte.
Observe usted lo que dice
textualmente la iniciativa de reforma panista: “el Estado respetará la libertad
de los padres y, en su caso, de los tutores legales para garantizar que los
hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus
propias convicciones”. Los autores de esta iniciativa, que tienen la obligación
de realizar acciones que fortalezcan el Estado laico, olvidan intencionalmente que
en México los padres de familia tienen absoluta libertad para educar religiosamente
a sus hijos. Pueden hacerlo en sus hogares o en los templos destinados al
culto, pero no en las escuelas públicas, por respeto a los niños y niñas que profesan
distintos credos.
Pocos ignoran que Espina von
Roehrich es miembro del Yunque, “una organización secreta de inspiración
católica que recluta jóvenes para doctrinarlos y adiestrarlos en el combate
físico e ideológico, con el fin de avanzar políticamente en la conquista del
poder público...". Lo anterior lo sostiene Álvaro Delgado en el libro “El
Yunque, La ultraderecha en el poder”, obra que contiene información del Archivo
General de la Nación, con datos que el autor extrajo de “libros, revistas y
periódicos que se han ocupado del tema a través de los años”.
Anteriormente lo dije y lo
vuelo a repetir: Uno de los objetivos del Yunque es lograr que la Iglesia
católica tome en sus manos la educación pública, en consonancia con los
intereses de otras organizaciones de ultraderecha, que son partidarias de la
reforma del artículo 24 constitucional. Álvaro Delgado señala que el Yunque “se
mueve en ambientes católicos, sobre todo en escuelas particulares y secundarias
oficiales en primera instancia, luego en preparatorias y escuelas superiores”.
Esto deja en claro que las escuelas laicas constituyen un estorbo a la labor
proselitista del Yunque, pero también entorpecen el proyecto católico de Nueva
Evangelización que ha sido retomado por el papa Francisco.
Durante el mandato de
Vicente Fox Quesada como gobernador de Guanajuato, Fernando Rivera Barroso se
desempeñó como secretario de Educación (1995-2000). Tras la llegada de Fox a la
presidencia de la República, en el año 2000, Rivera Barroso se convirtió en
asesor de Reyes Tamez Guerra, a la sazón titular de la Secretaría de Educación
Pública, instancia que desde entonces “le ha dado apoyo a los grupos
ultraconservadores que ejercen presión constante para que se elimine del
artículo 3° la referencia a la educación laica, y pugnan, además, por fondos
federales para las escuelas privadas y porque en los libros de texto gratuitos
se elimine toda referencia a la educación sexual y se les integren criterios
moralistas religiosos” (Jorge Franco, “Educación y tecnología: solución
radical”, Siglo XXI, México, 2008, p. 175).
El lunes 12 de
diciembre de 2005, Claudia Herrera Guzmán del diario La Jornada preguntó al
yunquista Manuel Espino Barrientos si estaba a favor de las clases de religión
en las escuelas públicas. Su respuesta fue: “Las escuelas públicas están bien
así, pero tiene que respetarse la libertad religiosa, porque hay escuelas donde
si un grupo de alumnos, el día de la Virgen de Guadalupe, quiere hacer una
oración en el patio de la escuela, no puede”.
La reforma educativa
como vía para lograr el control de la educación, es una de las aspiraciones de
la jerarquía católica y de los grupos de extrema derecha. El Yunque –nos dice
José Luis Alonso Vargas– “ataca la educación oficial, para tener la plena
libertad de educación, pues el Estado no debe adjudicarse el derecho absoluto a
la educación de los hijos”. En la opinión de los yunquistas, ese derecho le
pertenece a la Iglesia católica, a la que han ayudado y seguirán ayudando cada
vez que les sea posible.
@armayacastro
Este artículo fue publicado en la edición impresa del diario El Occidental, el jueves 28 de marzo de 2013
Este artículo fue publicado en la edición impresa del diario El Occidental, el jueves 28 de marzo de 2013
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