jueves, 12 de septiembre de 2013

MUJER VIRTUOSA, ¿QUIÉN LA HALLARÁ?

Por Armando Maya Castro


Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Esta pregunta la planteó la madre del rey Lemuel a las personas de su tiempo, destacando en su respuesta la grandeza de la mujer virtuosa, cuya estima “sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”.

Al describir a la mujer virtuosa, las Sagradas Escrituras dejan en claro que el valor de ella no está en su belleza física, sino en la hermosura de sus sentimientos, obras y virtudes. Son estas cualidades las que la sitúan en una posición de grandeza moral y espiritual, alcanzando el reconocimiento y alabanza de propios y extraños.  

El capítulo 31 de Proverbios –a lo largo de 22 versículos– nos dice que la mujer virtuosa es bondadosa, previsora, servicial, creativa, sabia, prudente, amorosa, fuerte y temerosa de Dios. Todas estas virtudes, y su capacidad de vivir en forma responsable, productiva y próspera, hacen de ella un ser de valía en todos los sentidos.

Uno de los aspectos más relevantes de la mujer virtuosa es su trabajo constate y desinteresado. Sin quejarse ni hacer alarde, “busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos”. Estos esfuerzos, y la energía que pone en cada una de sus acciones, están dirigidos a satisfacer no sólo las necesidades de su familia y de su hogar, sino también las de las personas con carencias: “Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso”.

Pero no hay necesidad de remontarnos a los tiempos bíblicos para hallar a la mujer virtuosa. En nuestro tiempo también podemos encontrarla, cubierta con las mismas virtudes que tuvieron Sara, Rebeca y Raquel, mujeres que se caracterizaron por su nobleza de sentimientos, sabiduría y valor moral.

A continuación me referiré a una de ellas: la diaconisa Eva García de Joaquín, cuyo trabajo y buenas obras gozan del reconocimiento de su esposo, el Apóstol de Jesucristo Doctor Samuel Joaquín Flores, quien se ha expresado así de ella: “Dios no me dio por compañera a una mujer, sino a un ángel”.

Desde hace décadas, los integrantes de la Iglesia La Luz del Mundo hemos sido testigos de que la hermana Eva, bajo el impulso de sus virtudes, ha favorecido a miles de familias de escasos recursos, imitando puntualmente el ejemplo del Director Internacional de esta Asociación Religiosa.

Su preocupación por los desvalidos la impulsó a crear la Fundación Eva García de Joaquín A. C., cuyo objetivo principal es velar por el bienestar y seguridad de los huérfanos, viudas y desamparados. El primer antecedente de esta fundación se remonta a 1987, año en que nació el Grupo Tabita, que empezó a trabajar en la preparación y suministro gratuito de alimentos a los hermanos de escasos recursos reunidos en la Santa Convocación de ese año. De entonces a la fecha, la atención a los comedores gratuitos en el mes de agosto no ha cesado; por el contrario, ha ampliado su cobertura y mejorado sus atenciones.

En el umbral del año 1992, este grupo adquirió el nombre de Elisa Flores, conservando inalterables los propósitos que dieron origen a su nacimiento. Se le llamó así en memoria de la esposa del maestro Aarón Joaquín González, mujer que se caracterizó a lo largo de su vida por su honestidad, virtudes y afectos altruistas. 

En 1999, con el lema “Tu sierva para lavar los pies de los hijos de Dios”, el grupo se constituyó en la Fundación Elisa A. C. Sin perder de vista el ejemplo del Apóstol de Jesucristo, ha seguido adelante con su misión de velar por el bienestar de numerosas familias en la Zona Metropolitana de Guadalajara, a las que proporciona despensas semanales y atención médica gratuita durante los 365 días del año. Trabajos similares se realizan en muchas otras ciudades de México y del mundo, en donde la citada fundación tiene presencia.

El 4 de noviembre de 2011, cuando la fundación estaba próxima a cumplir 25 años de destacada e ininterrumpida labor social, el Apóstol de Jesucristo Hermano Samuel Joaquín Flores quiso que la Asociación Civil llevara el nombre de la hermana Eva García de Joaquín, presidenta y directora general de la citada fundación.


Ésta y otras obras de su autoría dejan constancia de los nobles sentimientos de la hermana Eva García, cuya admirable generosidad tiene el propósito de agradar a Dios y de ser alegría para el Apóstol de Jesucristo, quien el próximo 15 de septiembre se regocijará –junto con su familia e integrantes de la Iglesia La Luz del Mundo– en el cumpleaños de esta extraordinaria mujer. ¡Felicidades! 

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