martes, 10 de septiembre de 2013

LA ESCLAVITUD EN NUESTRO TIEMPO

Por Armando Maya Castro
Los grupos delincuenciales dedicados a la trata de personas pasan por encima de los derechos humanos de las víctimas, a las que utilizan para trabajos en el campo, trabajo doméstico, mendicidad, servidumbre, extracción de órganos, comercio sexual o prostitución


En el marco de la guerra de independencia, el intendente José María Anzorena proclamó la abolición de la esclavitud. Este suceso tuvo lugar el 19 de octubre de 1810, por órdenes del generalísimo Miguel Hidalgo y Costilla, quien semanas después expidió y firmó el decreto que abolió la esclavitud en los siguientes términos: “Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad dentro del término de diez días, so pena de muerte, la que se les aplicará por transgresión de este artículo” (Artículo 1° del Decreto de abolición de la esclavitud, del tributo y demás, expedido en Guadalajara, Jalisco, el 6 de diciembre de 1810).

El 13 de septiembre de 1813, se instaló en Chilpancingo el Primer Congreso de Anáhuac. Un día después de la instalación de dicho Congreso, José María Morelos y Pavón presentó un documento que llamó Sentimientos de la Nación, cuyos 23 puntos “son la base de la Independencia y constituyen el acta de nacimiento de México como nación”. El punto 15 de este importante documento proscribe para siempre la esclavitud y la distinción de castas, "quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud".

El 5 de octubre de 1813, el Siervo de la Nación ratificó el decreto de Hidalgo, ordenando la libertad de los esclavos y autorizando a los naturales a formar pueblos y a efectuar elecciones libres: “Porque debe alejarse de la América la esclavitud y todo lo que a ella huela, mando a los intendentes de provincia y demás magistrados que pongan en libertad cuantos esclavos hayan quedado y que los naturales que forman pueblos y repúblicas hagan sus elecciones libres. Los pueblos no se deben a ningún individuo sino solamente a la nación y a su soberanía".

El 15 de septiembre de 1829, Vicente Guerrero, en su condición de presidente de México, emitió un decreto que abolió la esclavitud en los siguientes términos: 1. Queda abolida la esclavitud en la república; 2. Son por consiguiente libres los que hasta hoy se habían considerado como esclavos; 3. Cuando las circunstancias del erario lo permitan, se indemnizará a los propietarios de esclavos, en los términos que dispusieren las leyes.
Actualmente, el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe la esclavitud en los siguientes términos: “Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes”.

A pesar de estos documentos y de la lucha histórica contra este flagelo, en México operan diversas redes dedicadas a la trata de personas, una forma de esclavitud moderna que la ONU ha definido de la siguiente manera: “La captación, el traslado, la acogida o la recepción de personas recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso del poder o de una situación de vulnerabilidad o a la recepción de pagos o beneficios derivados de la persona con quien se ejerce autoridad con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de manipulación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a ésta, la servidumbre o la extracción de órganos”.

Los grupos delincuenciales dedicados a la trata de personas pasan por encima de los derechos humanos de las víctimas, a las que utilizan para trabajos en el campo, trabajo doméstico, mendicidad, servidumbre, extracción de órganos, comercio sexual o prostitución.

Cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indican que en México existen más de 16 mil niños y adolescentes sometidos a esclavitud sexual, muchos de los cuales han sido enganchados a través de las redes sociales (Facebook y Twitter), que se han convertido en el principal medio para que los grupos criminales cometan el delito de trata de personas.

Urge la creación de leyes preventivas, un mayor cuidado de parte de los padres de familia, así como un combate más eficiente a las bandas criminales dedicadas a la trata de personas, delito que se ha convertido en la segunda fuente de ingresos para la delincuencia, expresó la diputada Leticia López Landero (PAN), presidenta de la Comisión Especial de Lucha Contra la Trata de Personas. 

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