martes, 15 de enero de 2013

ESTADO LAICO, GARANTE DE LA TOLERANCIA RELIGIOSA



Por Armando Maya Castro

Las violaciones al Estado laico lo han debilitado seriamente y han derivado en innumerables sucesos de intolerancia religiosa en diversos estados de la República Mexicana

Durante la inauguración del seminario sobre laicidad y educación, el rector de la UNAM, José Narro Robles, se refirió al Estado laico en México, señalando que éste siempre ha estado en riesgo. Por ello, propuso un debate abierto, pero con tolerancia, para evitar que se imponga el pensamiento mágico que aún prevalece en otras partes del mundo. 

Al referirse a la reciente reforma del artículo 40, que define a México como una república representativa, democrática, federal y laica, Narro Robles señaló: “hay quienes se sienten agredidos con esta reforma y pretenden imponer su criterio, además de manipular su significado de acuerdo a intereses de grupo, partido o religión”.

Este precepto constitucional le hará bien a la vida de México siempre y cuando los funcionarios públicos estén dispuestos a respetar el principio histórico de la separación entre el Estado y las Iglesias. Las autoridades de los tres niveles de gobierno deben admitir que el Estado laico es un precepto constitucional que debe ser respetado para acabar con el trato preferencial que se suele dar a la Iglesia católica.

Respetar este principio significa respetar la Constitución Política de los Estados Unidos, es decir, el orden jurídico o sistema legal que nos rige. Es comenzar a ponerle fin a los vergonzosos actos de intolerancia que se dan en no pocas comunidades del país, donde se maltrata, persigue y expulsa a quienes creen y piensan diferente, como se hacía en los tiempos de la vigencia de la Inquisición.

En un Estado donde los funcionarios públicos realizan su actividad gubernamental con respeto a la laicidad y dando un trato igualitario a las iglesias, los casos de intolerancia y discriminación religiosa son mínimos, por no decir que inexistentes. 

En México, donde las violaciones al Estado laico son el pan nuestro de cada día, los casos de intolerancia religiosa son cada vez más frecuentes. Con la llegada del Partido Acción Nacional al poder, en el año 2000, comenzó a impulsarse el desmantelamiento del Estado laico y el restablecimiento del Estado confesional, dando origen a un sinnúmero de casos de intolerancia religiosa. 

En repetidas ocasiones he señalado desde este mismo espacio mi rechazo a la reforma del artículo 24 constitucional, señalando lo que organizaciones como Foro Cívico México Laico han sostenido con argumentos sólidos, en el sentido de que la intencionalidad de dicha modificación es el desmantelamiento del Estado laico y el restablecimiento del Estado confesional, en cuya vigencia la tolerancia religiosa brilló por su ausencia. 

Esta reforma, como bien se sabe, pretende, entre otras cosas, que en las escuelas públicas se imparta instrucción religiosa, hecho que aniquilaría una de las conquistas sociales más importantes y valiosas de los mexicanos: la educación laica. La aprobación de la citada reforma, además de convertir a la religión en un elemento de polarización, incrementará los casos de discriminación religiosa en las escuelas públicas de México, produciendo atropellos, bullying, deserción escolar, etcétera.

Recordará usted, amable lector, que hace apenas unas semanas la intolerancia religiosa hizo de las suyas en el estado de Hidalgo. Ahí, un grupo de evangélicos de Pahuatlán fue objeto de una dura agresión por parte de los católicos tradicionalistas, quienes exigían a aquéllos el pago de cuotas para las fiestas patronales católicas. 

Poco después, al inicio de este año, un medio de comunicación poblano publicó a través del reportaje “Intolerancia religiosa en Tlanalapan: golpes y humillaciones”, los frecuentes casos de intolerancia religiosa que han tenido lugar en la comunidad de San Rafael Tlanalapan, perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan,  Puebla, donde al menos 70 familias han abandonado sus viviendas por profesar una religión distinta a la católica. 

El sábado pasado, la intolerancia religiosa dio de qué hablar en Villa Hidalgo Yalalag, en la Sierra norte del estado de Oaxaca, donde la familia de Policarpo Huitromp Revilla fue expulsada porque éste se negó a ser mayordomo de las fiestas católicas en dicha población.

Estos atropellos a los derechos humanos llegarán a su fin el día que las autoridades de gobierno dejen de favorecer a la religión numéricamente mayoritaria y comiencen a actuar con respeto a la diversidad religiosa. Sólo así se mandará un mensaje claro a las mentes intolerantes que se siguen negando a reconocer que cada individuo es libre de profesar la creencia religiosa de su agrado. 

A todos nos debe de quedar bien claro que sólo en un Estado laico se garantiza la tolerancia, y eso incluye –afirma el doctor en derecho Miguel Carbonell– la tolerancia religiosa, y de esa tolerancia se derivan derechos como la libertad de expresión, de conciencia y asociación. 

 @armayacastro





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