domingo, 26 de enero de 2014

¿CÓMO ESTAMOS EN MATERIA DE LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Por Armando Maya Castro


Ante el asesinato del periodista Miguel Ángel Guzmán Garduño, columnista del periódico Vértice de Chilpancingo, Guerrero, los mexicanos nos preguntamos, ¿qué ha pasado con la “Ley para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de junio de 2012? ¿De entonces a la fecha, los activistas y comunicadores de México gozan de mayores medidas de protección contra el riego de sufrir ataques en su contra por parte del crimen organizado y/o de los políticos que han hecho de la mentira, la corrupción y el tráfico de influencias su modus operandi?

La ley antes mencionada “tiene por objeto establecer la cooperación entre la Federación y las Entidades Federativas para implementar y operar las Medidas de Prevención, Medidas Preventivas y Medidas Urgentes de Protección que garanticen la vida, integridad, libertad y seguridad de las personas que se encuentren en situación de riesgo como consecuencia de la defensa o promoción de los derechos humanos, y del ejercicio de la libertad de expresión y el periodismo” (Artículo 1°).

A pesar de las bondades de esta ley, las personas defensoras de derechos humanos y los periodistas siguen estando expuestos a agresiones, abusos y actos de hostigamiento en el ejercicio de sus importantes actividades.

Aunque la información preliminar indica que el periodista Guzmán Garduño fue asesinado “al oponerse a que un grupo de individuos armados le robaran sus pertenencias”, nadie puede descartar que dicho asesinato sea un atentado más contra la actividad periodística que se ejerce en México, donde del 2000 a la fecha han sido asesinados 87 comunicadores.

En lo relativo a este deplorable suceso, es importante aplaudir la inmediata intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuyo titular, Raúl Plascencia Villanueva, “instruyó a visitadores para que acudan al lugar de los hechos, a efecto de recabar evidencias y testimonios sobre [el] caso, y así conocer las actuaciones ministeriales relativas a la investigación” (Milenio, 24/01/2014).

El ombudsman nacional recordó que el Estado está obligado “a prevenir cualquier acto que violente la libertad de expresión, ya que toda sociedad democrática debe tener como uno de sus principales componentes la participación de una prensa libre e independiente, que cumpla con su función social en condiciones de seguridad”.

El gran problema hasta ahora ha sido el siguiente: todas las agresiones en agravio de la integridad física de los periodistas y defensores de los derechos humanos han sido perpetradas por quienes actúan ante la indiferencia e indolencia de las autoridades, gozando de total impunidad.

En materia de libertad de expresión, el Informe Mundial 2014 de Human Rights Watch, capítulo México, señala que a pesar de la creación de la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, “los casos de esta naturaleza no han sido juzgados eficazmente.” Al referirse a los defensores de derechos humanos, el informe en cuestión indica: “En abril de 2012, el Congreso de México sancionó una ley para proteger a defensores de derechos humanos y periodistas que exige adoptar protocolos formales destinados a evaluar el riesgo que enfrentan los miembros de estos sectores y asignar protección cuando sea necesario. Al momento de la redacción del presente informe, la implementación de estos procesos, que contaba con la participación de la sociedad civil, aún se encontraba en curso”.

El informe de esta importante organización no gubernamental, dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, señala con absoluta claridad que en nuestro país se ha “intensificado la violencia contra personas que participan en redes sociales y contra las oficinas de medios de comunicación. Si bien muchos de los ataques contra miembros de la prensa ocurridos en 2012 se atribuyeron a la delincuencia organizada, en algunos casos existen evidencias que señalan la participación de funcionarios públicos”.

Los periodistas y defensores de los derechos humanos esperan que las autoridades mexicanas sean capaces de frenar la ola de violencia que ha privado de la vida a decenas de periodistas, que no hacen otra cosa que cumplirle a la sociedad, quien tiene el derecho a estar plenamente informada.

Twitter: @armayacastro

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