sábado, 15 de diciembre de 2012

¿Y LA SEGURIDAD EN LAS ESCUELAS DE EU?



Por Armando Maya Castro

Connecticut es uno de los muchos estados de la Unión Americana que no exige permisos para poseer armas

El gobierno de Barack Obama hará todo lo posible para contener la difusión de las armas de fuego en Estados Unidos. El presidente “está empeñado en buscar una renovación de la prohibición de venta de armas de asalto, informo Jay Carney, vocero de la Casa Blanca. Estas declaraciones fueron hechas luego del tiroteo perpetrado por Adam Lanza que dejó 27 muertos en la escuela primaria Sandy Hook, en Newton, Connecticut. 

Este lamentable suceso volvió a poner en la mesa el debate sobre la conveniencia de restringir la venta de armas de fuego en Estados Unidos. Tengamos presente que este país es el primer productor de armas en el mundo, donde la compra de un arma es de lo más sencillo. En Estados Unidos hay 88.8 armas de fuego por cada 100 habitantes, el promedio más alto en el mundo. Otro dato: 38 de los 50 estados de la Unión Americana permiten llevarlas para seguridad de quienes las compran.

Las autoridades norteamericanas deben actuar a la brevedad posible; no pueden darse el lujo de esperar a que ocurra otra tragedia que enlute a más familias y a la sociedad estadounidense. El presidente Obama tiene voluntad de actuar en ese sentido, así lo manifestó durante su reciente campaña, en la que se mostró a favor de tener un mayor control en la venta de armas. 

La regulación estricta en la compra-venta de armas es una demanda de los ciudadanos de la Unión Americana, pero también de las autoridades mexicanas. Durante su participación en la 66 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, exigió la aplicación de mecanismos de control hacia los países productores y vendedores de armas de alto poder: “Naciones Unidas tiene chamba, tiene trabajo que hacer aquí. Naciones Unidas debe continuar impulsando el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas y evitar su desvío hacia actividades prohibidas por el derecho internacional”.

Pero no todo tiene que ver con el control en la venta de armas. Las decenas de masacres que han tenido lugar en escuelas de Estados Unidos están asociadas con la pérdida lamentable de valores que se vive en el seno de muchas familias norteamericanas, así como a la poca o nula atención que los padres de familia le han brindado a los problemas sicológicos de sus hijos, quienes terminan descargando en otros sus odios y/o frustraciones, con consecuencias y desenlaces dolorosos, como el que se vivió ayer en el estado de Connecticut.

Otra cuestión a la que se le debe brindar atención es a la vigilancia en las escuelas, algunas de las cuales han dejado de ser lugares seguros para los niños y se han convertido en lugares que han empezado a ser percibidos por la ciudadanía como espacios extremadamente peligrosos. Pese a esta percepción y a los problemas de imagen, se requiere la instalación de detectores de metal y de cámaras de vigilancia de alta definición, como se ha hecho en por lo menos 14 escuelas de Chicago con graves problemas de violencia. 

La sociedad actual –tanto la estadounidense como la mexicana– se halla inmersa en un proceso de progresiva pérdida de valores. Esto puede remediarse únicamente en el hogar, elevando la autoestima de nuestros hijos y realizando con todos ellos un trabajo de instrucción responsable. Me refiero, evidentemente, al fomento de valores tales como el respeto, la honestidad, la no violencia, la solidaridad, etcétera. Si no queremos que en México se registren hechos lamentables como el de Connecticut, tenemos que trabajar en serio en la formación de valores que nos ayuden a erradicar la violencia en cualquiera de sus manifestaciones.

@armayacastro


Esta columna fue publicada el día 15 de diciembre de 2012 en el diario El Mexicano



 




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