Por Armando Maya Castro
La Declaración Ciudadana México Laico fue firmada por más de 800 organizaciones religiosas y mil 600 académicos, asociaciones civiles y un importante número de intelectuales |
Hoy se
cumplen dos años de la firma de la Declaración Ciudadana México Laico, documento
que rechazó –con argumentos irrebatibles– la reforma del artículo 24 constitucional,
aprobada vía fast track por la Cámara de Diputados, el 15 de diciembre de 2011.
La Declaración
Ciudadana, promovida por el Foro Cívico México Laico, recogía la preocupación
de cientos de miles de mexicanos que veían en la citada modificación una
amenaza a sus libertades fundamentales. Fue firmada por más de 800
organizaciones religiosas y mil 600 académicos, asociaciones civiles e
intelectuales, entre los que figuraban Elena Poniatowska, Jorge Carpizo McGregor,
René Drucker, Francisco Martín Moreno, Arnaldo Córdova, Octavio Rodríguez
Araujo y Álvaro Delgado, entre otros (La
Jornada, 2 de febrero de 2012).
La
firma del documento y el acto de protesta por la reforma del artículo 24 se realizaron
en la Alameda Central, situada en el corazón de la Ciudad de México. Ahí,
frente al hemiciclo a Benito Juárez –el republicano que incorporó a través de
las Leyes de Reforma principios democráticos como la separación del Estado y
las Iglesias– los firmantes rechazaron la reforma del artículo 24
constitucional, por considerar que sentaba las bases para el desmantelamiento
del Estado laico y que otorgaba privilegios a la jerarquía católica.
El
rechazo a la reforma del artículo 24 constitucional se basaba en las siguientes
tres razones:
1.
La intencionalidad de la
reforma: el desmantelamiento del Estado laico.
2.
La manipulación de la
reforma: el concepto de «libertad de religión».
3.
Las consecuencias de la
reforma: afectación de las libertades de las minorías religiosas.
Para
que los senadores de la República analizaran con independencia de pensamiento
la reforma del artículo 24 constitucional, la Declaración Ciudadana mostraba
con absoluta claridad la intencionalidad de la modificación, consignada en el
Dictamen emitido por la Cámara de Diputados, que advierte que después de
reformar dicho artículo se “requerirá” revisar los artículos 3° (educación
laica) y 130 (separación del Estado y las iglesias).
El documento en cuestión, que
fue publicado en diversos diarios nacionales y en los principales de la mayoría
de los estados de la República mexicana, evidenció también la manipulación del concepto
de “libertad de religión”: “Un punto central en esta cuestión es la
redefinición de la «libertad de religión» que pretende implantar la jerarquía
católica, quien oferta un concepto tendencioso
y sesgado de dicha libertad,
asegurando que ella exige, entre otras cosas, impartir educación religiosa en
las escuelas públicas. Desde luego, ya no se trata aquí de la comprensión de la
libertad religiosa como derecho humano, ni de su entendimiento como un ámbito
de autonomía personal que protege la conciencia individual; se trata, ahora, de
una noción manipulada y licenciosa de la “libertad de religión”,
que sirve de bandera para exigir privilegios religiosos”.
Respecto a las consecuencias de
la reforma del artículo 24, la Declaración Ciudadana hacía ver a los senadores qué
grupos serían los más afectados con el cambio legislativo: “Son las minorías
religiosas quienes sufrirán principalmente las consecuencias de la reforma del
artículo 24 constitucional. La implantación de educación religiosa en las
escuelas públicas ocasionará que los niños y adolescentes que profesan una fe
distinta a la católica sean víctimas de actos de intolerancia y discriminación,
lo que incrementará la deserción escolar. Así, la religión se convertirá en un factor de división entre los alumnos que profesan distintos credos, lo que
con el tiempo será un elemento de polarización social que dañará gravemente
nuestra convivencia”.
Por las razones expuestas en la
Declaración Ciudadana, Foro Cívico México Laico y los firmantes de dicho
documento solicitaron al Senado de la República: 1) rechazar la pretendida
reforma; 2) abrir espacios de diálogo y reflexión, por la importancia de la temática;
3) aprobar la reforma del artículo 40 de nuestra Carta Magna, para constitucionalizar
el carácter laico del Estado mexicano.
Respecto a esta última demanda,
conviene mencionar que la Cámara de Senadores aprobó el 28 de marzo de 2012 la
reforma del artículo 40 constitucional, de acuerdo al dictamen avalado: “Es
voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, laica
y federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su
régimen interior, pero unidos en una federación…”.
Ese día, pese a la solidez de
los argumentos contra la modificación, el Senado aprobó la reforma al artículo
24 constitucional, lo que significó un atentado despiadado contra la esencia
misma del Estado laico y de la reforma liberal que impulsó el Benemérito de las
Américas.
A dos años de haber sido
signada la Declaración Ciudadana México Laico, los mexicanos observamos
alarmados la ola de atentados contra la laicidad del Estado, perpetrados por
decenas de funcionarios públicos, algunos de los cuales han sido acusados por
la organización República Laica, quien ha exigido a Gobernación expedir un
comunicado dirigido a los funcionarios que han violado la Constitución,
recordándoles que México sigue siendo un Estado laico. También observamos,
esperanzados, el trabajo que realizan el Instituto de Investigaciones Jurídicas
(IJJ-UNAM) y una Comisión de diputados federales, en la que participa
activamente Foro Cívico México Laico, buscando revertir –a través de la
redacción de la ley secundaria del 40 constitucional–, el contenido de la
reforma del artículo 24 constitucional.
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