sábado, 1 de febrero de 2014

DECLARACIÓN CIUDADANA MÉXICO LAICO

Por Armando Maya Castro
La Declaración Ciudadana México Laico fue firmada por más de 800 organizaciones religiosas y mil 600 académicos, asociaciones civiles y un importante número de intelectuales

Hoy se cumplen dos años de la firma de la Declaración Ciudadana México Laico, documento que rechazó –con argumentos irrebatibles– la reforma del artículo 24 constitucional, aprobada vía fast track por la Cámara de Diputados, el 15 de diciembre de 2011.

La Declaración Ciudadana, promovida por el Foro Cívico México Laico, recogía la preocupación de cientos de miles de mexicanos que veían en la citada modificación una amenaza a sus libertades fundamentales. Fue firmada por más de 800 organizaciones religiosas y mil 600 académicos, asociaciones civiles e intelectuales, entre los que figuraban Elena Poniatowska, Jorge Carpizo McGregor, René Drucker, Francisco Martín Moreno, Arnaldo Córdova, Octavio Rodríguez Araujo y Álvaro Delgado, entre otros (La Jornada, 2 de febrero de 2012).

La firma del documento y el acto de protesta por la reforma del artículo 24 se realizaron en la Alameda Central, situada en el corazón de la Ciudad de México. Ahí, frente al hemiciclo a Benito Juárez –el republicano que incorporó a través de las Leyes de Reforma principios democráticos como la separación del Estado y las Iglesias– los firmantes rechazaron la reforma del artículo 24 constitucional, por considerar que sentaba las bases para el desmantelamiento del Estado laico y que otorgaba privilegios a la jerarquía católica.

El rechazo a la reforma del artículo 24 constitucional se basaba en las siguientes tres razones:

1.       La intencionalidad de la reforma: el desmantelamiento del Estado laico.
2.      La manipulación de la reforma: el concepto de «libertad de religión».
3.      Las consecuencias de la reforma: afectación de las libertades de las minorías religiosas.

Para que los senadores de la República analizaran con independencia de pensamiento la reforma del artículo 24 constitucional, la Declaración Ciudadana mostraba con absoluta claridad la intencionalidad de la modificación, consignada en el Dictamen emitido por la Cámara de Diputados, que advierte que después de reformar dicho artículo se “requerirá” revisar los artículos 3° (educación laica) y 130 (separación del Estado y las iglesias).

El documento en cuestión, que fue publicado en diversos diarios nacionales y en los principales de la mayoría de los estados de la República mexicana, evidenció también la manipulación del concepto de “libertad de religión”: “Un punto central en esta cuestión es la redefinición de la «libertad de religión» que pretende implantar la jerarquía católica, quien oferta un concepto tendencioso y sesgado de dicha libertad, asegurando que ella exige, entre otras cosas, impartir educación religiosa en las escuelas públicas. Desde luego, ya no se trata aquí de la comprensión de la libertad religiosa como derecho humano, ni de su entendimiento como un ámbito de autonomía personal que protege la conciencia individual; se trata, ahora, de una noción manipulada y licenciosa de la “libertad de religión”, que sirve de bandera para exigir privilegios religiosos”.

Respecto a las consecuencias de la reforma del artículo 24, la Declaración Ciudadana hacía ver a los senadores qué grupos serían los más afectados con el cambio legislativo: “Son las minorías religiosas quienes sufrirán principalmente las consecuencias de la reforma del artículo 24 constitucional. La implantación de educación religiosa en las escuelas públicas ocasionará que los niños y adolescentes que profesan una fe distinta a la católica sean víctimas de actos de intolerancia y discriminación, lo que incrementará la deserción escolar. Así, la religión se convertirá en un factor de división entre los alumnos que profesan distintos credos, lo que con el tiempo será un elemento de polarización social que dañará gravemente nuestra convivencia”. 

Por las razones expuestas en la Declaración Ciudadana, Foro Cívico México Laico y los firmantes de dicho documento solicitaron al Senado de la República: 1) rechazar la pretendida reforma; 2) abrir espacios de diálogo y reflexión, por la importancia de la temática; 3) aprobar la reforma del artículo 40 de nuestra Carta Magna, para constitucionalizar el carácter laico del Estado mexicano.

Respecto a esta última demanda, conviene mencionar que la Cámara de Senadores aprobó el 28 de marzo de 2012 la reforma del artículo 40 constitucional, de acuerdo al dictamen avalado: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, laica y federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación…”.

Ese día, pese a la solidez de los argumentos contra la modificación, el Senado aprobó la reforma al artículo 24 constitucional, lo que significó un atentado despiadado contra la esencia misma del Estado laico y de la reforma liberal que impulsó el Benemérito de las Américas.


A dos años de haber sido signada la Declaración Ciudadana México Laico, los mexicanos observamos alarmados la ola de atentados contra la laicidad del Estado, perpetrados por decenas de funcionarios públicos, algunos de los cuales han sido acusados por la organización República Laica, quien ha exigido a Gobernación expedir un comunicado dirigido a los funcionarios que han violado la Constitución, recordándoles que México sigue siendo un Estado laico. También observamos, esperanzados, el trabajo que realizan el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IJJ-UNAM) y una Comisión de diputados federales, en la que participa activamente Foro Cívico México Laico, buscando revertir –a través de la redacción de la ley secundaria del 40 constitucional–, el contenido de la reforma del artículo 24 constitucional.

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