jueves, 6 de febrero de 2014

EL VATICANO Y LA ONU: INTERCAMBIO DE CRÍTICAS POR PEDERASTIA

Por Armando Maya Castro

El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño acusó al Vaticano de permitir abusos a menores por parte de sacerdotes, así como de adoptar "políticas y prácticas que llevaron a la continuación de abusos y a la impunidad de los responsables". El Vaticano reaccionó sorprendido e irritado y denunció "distorsiones" en informe de la ONU
El pasado 16 de enero los medios de comunicación de todo el mundo dieron a conocer los pormenores de la comparecencia del Vaticano ante la ONU, ante quien tuvo que responder sobre la manera en que ha afrontado los casos de pederastia clerical en todo el mundo.

Ayer, a unos días de ese inédito acontecimiento, el Vaticano fue acusado por el Comité de los Derechos del Niño de violar gravemente la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Cabe recordar que esta Convención es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.

Mary Beloff sostiene que  dicha Convención es “el marco mínimo de reconocimiento y respeto a los derechos de los niños en el que deben inscribirse las prácticas y las políticas de los países que la han ratificado", entre ellas las del Vaticano, quien suscribió la citada Convención en 1990. Más tarde, concretamente en el 2001, firmó otros dos “protocolos opcionales”.

¿Pero en qué consistió específicamente la acusación que la ONU lanzó contra el Vaticano este miércoles 5 de febrero? Me permito compartir con usted, estimado lector, parte del informe en que se inculpa al Vaticano: "El Comité está seriamente preocupado porque la Santa Sede no ha reconocido las dimensiones de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para responder a los casos de abusos sexuales de niños y para proteger a los niños, y ha adoptado políticas y prácticas que llevaron a la continuación de los abusos y a la impunidad de los perpetradores".

Asimismo, el informe fustiga el “código de silencio” que se adoptó para silenciar a las víctimas inocentes, privilegiando “sistemáticamente la preservación de la reputación de la Iglesia y el presunto ofensor sobre la protección de los niños”. Una de las exigencias de la recomendación de la ONU consiste en “apartar de inmediato de sus funciones a todos los autores conocidos o sospechosos de abusos sexuales, y denunciarlos a las autoridades competentes para que los investiguen y los procesen”. Otro de los requerimientos tiene que ver con la compensación a las víctimas y el llamado a rendir cuentas no sólo a los curas pederastas, sino también a los obispos que han encubierto tan monstruosos crímenes.

Tras conocer el informe del Comité de la ONU para los Derechos del Niño, la sede papal reaccionó denunciando “distorsiones” en dicho informe: "El documento no ha sido actualizado, le falta una perspectiva correcta", aseguró Monseñor Silvano Tomasi.

Esta actitud es lamentable, como también la postura que asumió durante su primera comparecencia pública ante Naciones Unidas, donde argumentó que los casos de pederastia son responsabilidad del sistema judicial de los países en que tuvieron lugar y no están bajo su control directo.

Aquí en México, el trabajo y las conclusiones de la ONU fueron reconocidos por Alberto Athié Gallo, impulsor del Informe Alternativo de México ante el Comité de los Derechos del Niños. El también ex sacerdote católico señaló que buscarán que un tribunal internacional le finque la responsabilidad de crimen de Estado a la "Santa Sede". Comparto la opinión de Athié Gallo en el sentido de que “el análisis del organismo internacional es "de un valor histórico sin precedente, porque nunca antes se había podido llamar a cuentas a El Vaticano y decirle lo que se le dijo".

@armayacastro

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