viernes, 2 de agosto de 2013

CAUSAS DEL DECLIVE CATÓLICO

Por Armando Maya Castro
Los escándalos financieros y de pederastia clerical han sido la causa del declive católico en Brasil y en los demás países latinoamericanos
Brasil es el primer país que visita Jorge Mario Bergoglio en su condición de líder máximo del catolicismo. Está considerado, hasta este día, como el país con más católicos en el mundo, aunque debe señalarse que en las últimas tres décadas ha experimentado un notable descenso en el número de fieles.

El primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia católica llegó el pasado 22 de julio a Brasil, en donde encabeza los trabajos de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud. Este evento, como se sabe, convoca a los jóvenes católicos de todo el mundo, con el objeto de proseguir con el interés principal del extinto Juan Pablo II: la nueva evangelización.

Para Silas Lima Malafaia, uno de los líderes evangélicos más populares del Brasil, la visita del papa a esa nación sudamericana intenta “frenar el crecimiento neopentecostal”, que “en 2020 superará a la colectividad católica”. Malafaia, que se desempeña como pastor de la Iglesia Victoria en Cristo, se expresó así de la visita papal: “Con toda seguridad digo que el viaje del papa Francisco tiene que ver directamente con el crecimiento de las iglesias evangélicas brasileñas, no tenga ninguna duda”.

Para los grupos evangélicos de Brasil debe ser altamente preocupante el motivo de la visita de Jorge Mario Bergoglio a ese país. Deben ser preocupantes, asimismo, las alusiones del argentino al fenómeno de lo que él solía llamar sectas cuando fue arzobispo de Buenos Aires. Recordemos que en una de esas alusiones el entonces cardenal Bergoglio señaló que, a pesar de la vigencia de la piedad popular, “en las últimas décadas notamos una cierta desidentificación con la tradición católica, la falta de su transmisión a las nuevas generaciones y el éxodo hacia otras comunidades (en los más pobres hacia el evangelismo pentecostal y algunas sectas) y experiencias (en las clases medias y altas hacia vivencias espirituales alternativas) ajenas al sentido de la Iglesia y su compromiso social”.

Tampoco debe olvidarse que el pasado 16 de mayo, ya en la vigencia del pontificado de Francisco, se llevó a cabo un encuentro en el Vaticano (Domus Santa Marta), donde representantes de varios dicasterios vaticanos y de la Iglesia en Italia reflexionaron sobre las respuestas para enfrentar el fenómeno de los nuevos movimientos religiosos.

Veamos ahora qué le preocupa al papa sobre el caso particular de Brasil: el Censo Demográfico Brasileño de 1990 reveló la existencia de poco más de 13 millones de evangélicos, cifra que representa casi el 9% de la población nacional. El censo que se realizó en el año 2000 contabilizó 26 millones 184 mil 942 evangélicos, es decir, aproximadamente 15.41% de la población brasileña.

¿Cuál ha sido el avance de las iglesias evangélicas de Brasil en los últimos 13 años? Los números indican que en dicho periodo los evangélicos ganaron casi 20 millones de seguidores y pasaron a ser 42.3 millones, lo que equivale al 22,2% de la población. Los demógrafos anticipan que, de mantenerse este ritmo de crecimiento entre los grupos evangélicos, en el año 2040 se producirá el fin del catolicismo como religión mayoritaria.

Si estas tendencias continúan, dentro de casi tres décadas se producirá un empate técnico entre el número de católicos y evangélicos de Brasil, según lo asegura un estudio titulado “La dinámica de las afiliaciones religiosas en Brasil entre 2000 y 2010: la diversificación y el proceso de cambio de la hegemonía”, el cual fue realizado por los demógrafos José Eustáquio Diniz, Luiz Felipe Walter Barros y Suzana Cavenaghi, del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística.


Quiero concluir mi colaboración de este día dejando en claro que los evangélicos no tienen la culpa de que millones de brasileños hayan abandonado el catolicismo. El éxodo masivo de católicos a otras religiones tiene que ver con la historia misma del catolicismo; tiene que ver con la severa crisis por la que atraviesa la Iglesia católica, institución que no ha sido capaz de poner fin a los escándalos financieros y de pederastia clerical; que no ha logrado esa cercanía entre clérigos y feligresía, que no ha sabido dar respuesta a las necesidades espirituales de sus fieles. Buscar en los evangélicos las razones del declive del catolicismo es comenzar a crear problemas de intolerancia y discriminación religiosa, algo que la humanidad no puede permitir. 

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