Por Armando Maya Castro
Ratzinger cesó al obispo Marco Antonio Órdenes Fernandez acusado de pederastia |
La
crisis de la Iglesia católica, provocada en buena medida por los curas
pederastas y la protección que éstos han recibido por parte de la jerarquía
clerical, sigue afectando seriamente a dicha institución. En México y en algunos
países sudamericanos y europeos siguen apareciendo denuncias que involucran no
sólo a sacerdotes, sino también a altos dignatarios del romanismo, como es el
caso de Marco Antonio Órdenes Fernández, obispo de Iquique, en Chile, quien ha
sido cesado recientemente por el papa Benedicto XVI.
El
Sínodo de Obispos –que actualmente se celebra en el Vaticano con el propósito
de encontrar respuestas a la crisis de fe en el mundo occidental– ha abordado
el tema de los abusos sexuales contra menores. El obispo canadiense Brian
Joseph Dunn propuso como fórmulas un cambio de mentalidad y de estructuras, así
como el establecimiento de oficinas para escuchar a las víctimas y a los
familiares de éstas.
En
un discurso no mayor de cinco minutos, Dunn, responsable de la diócesis
canadiense de Antigonish, señaló que la crisis de los “curas pederastas”
constituye un serio impedimento para la evangelización. Apuntó que esta crisis
ofrece una auténtica oportunidad de escucha y común discernimiento para
comprender la profundidad del dolor, de la rabia y de la desilusión derivadas
del escándalo: “Tal ministerio de
escucha –manifestó– podría entrar a formar parte del apostolado de cada
diócesis bajo la forma de oficina de meditación, donde las personas puedan
desfogar el propio dolor y buscar una idónea reconciliación".
En
el mismo sitio donde se desarrolla la actividad sinodal, el pasado jueves 11 de
octubre, Francesco Zanardi y Alberto Sala, dirigentes de las organizaciones “El
abuso” y “Pequeño Alan”, respectivamente, solicitaron al papa que la
Congregación para la Doctrina de la Fe abra los archivos donde se registran los
casos de abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero católico.
Ambos
dirigentes esperaban ser recibidos por Ratzinger, pero sólo pudieron acceder
hasta el Portón de Bronce, corroborando así que la Iglesia católica no tiene voluntad
para tomar medidas ni enfrentar el problema de pedofilia. Zanardi, quien fue abusado
a la edad de 10 años por el cura Nello Giraudo, en una parroquia de Savona,
Italia, declaró en conferencia de prensa lo siguiente: “Los archivos que desde
2001 el cardenal Joseph Ratzinger ha ordenado mandar de todo el mundo a Roma,
deben ser entregados a la magistratura para intervenir sobre estos casos y
sobre las víctimas, que son nuestra principal preocupación”.
Estas
organizaciones esperan que la Congregación para la Doctrina de la Fe atienda su
demanda y que en lo sucesivo proceda diferente a como lo hizo cuando estuvo al
frente de la misma el entonces cardenal Joseph Ratzinger –ahora papa Benedicto
XVI–, quien pudo haber hecho mucho en defensa de las víctimas inocentes, pero
se inclinó por privilegiar el ocultamiento de innumerables casos de pederastia,
entre ellos los actos criminales del sacerdote mexicano Marcial Maciel,
fundador de los Legionarios de Cristo y del movimiento Regnum Christi.
La
mención de Maciel obliga a que hablemos brevemente sobre la renuncia de Álvaro
Corcuera a la dirigencia de los Legionarios de Cristo, aparentemente por
motivos de salud. Veamos cómo para los conocedores del tema las causas de la
renuncia fueron otras: el exsacerdote Alberto Athie declaró a Carmen Aristegui:
“Si se tratara realmente de un problema de salud, que pusiera en cuestión su
capacidad de servicio, son cosas que se anuncian, no se consultan con los
demás…”. Tras calificar a Corcuera como un cómplice de Maciel, Athie dijo a la periodista
de Noticias MVS: “Es un caso intolerable el del padre Corcuera, y yo creo que
por esa razón, de un deterioro gravísimo de su autoridad moral, que como
superior ya no puede seguir al frente de la Legión”.
Bernardo
Barranco, sociólogo especialista en religiones, coincide con Athie al afirmar
que la renuncia de Corcuera no fue por motivos de salud, agregando que este
hecho forma parte de un capítulo más en la crisis de los Legionarios de Cristo,
cuyo control queda en manos del cardenal Velasio de Paolis, esto través del nuevo líder de La Legión, el
alemán Sylvester Heereman, explicó Barranco a Grupo Fórmula.
¿Encontrará
el Sínodo de Obispos el remedio a una de las peores crisis de la Iglesia
católica? La verdad no lo sabemos. Lo que sí sabemos –y lo saben también los
obispos reunidos en el Vaticano– es que es necesario ponerle fin a los casos de
pederastia clerical que han perjudicado en gran manera a la Iglesia romana.
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