jueves, 22 de enero de 2015

EL RESPETO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Por Armando Maya Castro

El sangriento ataque al semanario satírico francés Charlie Hebdo, que una semana después de ser  perpetrado se adjudicó el grupo terrorista Al Qaeda, volvió a poner en la mesa el debate sobre la libertad de expresión, un derecho fundamental consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

Aunque la revista Charlie Hebdo ha recibido innumerables muestras de apoyo en todos los rincones de la tierra, no han faltado las voces que la han censurado con dureza por elaborar caricaturas altamente ofensivas, no sólo en agravio de la fe musulmana, sino también en contra de otras religiones.

Una de esas voces es la del obispo Felipe Arizmendi Esquivel, titular de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, quien luego de calificar como “un abuso y una falta de moral” las caricaturas ofensivas de Charlie Hebdo, recordó la postura papal sobre este controvertido tema: “El papa Francisco ha lamentado las muertes y condenado el extremismo islámico, pero también ha advertido que la libertad de expresión debe tener sus límites éticos, y que debe haber respeto a las creencias de todas las personas”, dijo. 

El prelado chiapaneco, quien olvidó la historia de su Iglesia al afirmar que los católicos nunca han respondido con violencia los ataques de sus enemigos, recordó la opinión que Jorge Mario Bergoglio vertió a bordo de su avión en ruta a Filipinas, en el sentido de que la libertad de expresión tiene límites, sobre todo cuando insulta o se burla de la fe de otros. Tras esta aseveración, y para dar un ejemplo, el papa se refirió a Alberto Gasparri, organizador de los viajes papales: “Si mi buen amigo, el doctor Gasparri, dice una mala palabra sobre mi madre, puede esperar en respuesta un puñetazo. Es normal. Es normal. No se puede insultar la fe ajena. Uno no se puede burlar de la fe de los demás”. 

Algunas voces han señalado que el papa se quitó la careta al abogar por limitar la libertad de expresión. No sé si tengan o no razón lo que estos analistas dicen; lo que sí sé y me queda bastante claro es que es inadmisible que los líderes religiosos declaren a medios que las agresiones verbales se pueden responder con violencia física. ¿Dónde dejan entonces la ley y las instituciones?

Soy un convencido de que los medios de comunicación deben de tratar con respeto a todas las religiones, sin importar la antigüedad, poder económico y número de miembros de éstas. Tengo también claro que las religiones tienen el derecho a defenderse de los ataques de los medios de comunicación, pero deben hacerlo por la vía legal e institucional, nunca por el sendero de la violencia. 

Y cuando hablo de violencia no me refiero sólo al uso de fusiles automáticos como los que emplearon los extremistas islámicos que el pasado 7 de enero atacaron el edificio de Charlie Hebdo. Me refiero también a los recursos de violencia de menor nivel, incluso a los puñetazos que el papa le daría a cualquier persona que insultase a su madre. 

Antes lo dije y lo vuelvo a repetir: “…la libertad de expresión que se ejerce en redes sociales y medios de comunicación no ampara la burla ni el insulto”. En ese sentido, las religiones agraviadas y sus miembros “están en su derecho de exigir que se castigue penalmente a quienes ofenden públicamente sus creencias y sentimientos religiosos”. Sin embargo, como señalé en mi artículo del pasado 8 de enero, “absolutamente todo tiene que ser por la vía de la ley y las instituciones, nada por el sendero de la violencia”. Por algo recomendó el apóstol Pablo a los fieles establecidos en Roma: Sométase toda persona a las autoridades superiores” (Romanos 13:1). 

Twitter: @armayacastro

No hay comentarios:

Publicar un comentario