jueves, 6 de octubre de 2016

LA ELECCIÓN DEL PAPA NEGRO

Por Armando Maya Castro

Tras la renuncia del español Adolfo Nicolás Pachón, los jesuitas elegirán al próximo "Papa Negro"

Con el propósito de "profundizar la vida espiritual en el seno de la Iglesia, propagar la fe católica romana y extirpar por completo la herejía”, Ignacio de Loyola fundó, en 1534, la Compañía de Jesús, la orden católica a la que pertenece el actual papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio.

Un total de 215 jesuitas de todo el mundo  se encuentran reunidos en Roma para llevar a cabo la elección de su nuevo superior, luego de aceptar, previa consulta al papa, la dimisión del español Adolfo Nicolás Pachón, elegido en 2008 en sustitución del holandés Peter Hans Kolvenbach, quien ocupó el cargo durante 25 años.

Actualmente, la Compañía de Jesús está más fuerte que hace algunos años; tienen un papa jesuita y su crecimiento en número de miembros (16 mil 740) supera por mucho a las demás órdenes católicas. Una nota reciente de la agencia Notimex, que recoge declaraciones del ex vocero del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, refiere que del número total de jesuitas, “cinco mil de estos se encuentran en Europa, otros cinco mil en el Continente Americano, cinco mil 600 en Asia y mil 600 en África”.

La Compañía, cuya presencia en la educación occidental ha sido muy activa, intentó servir de soporte al papado desde que el papa Pablo III la aprobara, el 15 de agosto de 1540. Los miembros de esta congregación, hábiles e incansables defensores de la autoridad pontificia, quisieron ser desde aquel tiempo el muro protector de la institución papal, defendiéndola de todo tipo de embestidas, principalmente de aquellos que atacaron al papado por algunas desviaciones morales y doctrinales de la Iglesia de Roma.

“Pablo III, que comprendió lo importante que era para su Silla tener una milicia fanática dispuesta a combatir a aquellos que él indicara, cualquiera que fuese su poder o rango, recibió con distinción a Ignacio de Loyola y sus compañeros, les obligó a redactar unos estatutos, a organizarse en sociedad y a propagar sus doctrinas en todos los países”, refiere el historiador Mauricio de la Chàtre en su obra titulada “Historia de los Papas y los Reyes”.

Este historiador explica, con base en sus conocimientos históricos, cuál era la misión de los ignacianos: “...a los unos les confió la misión de introducirse en las cortes, de hacerse confesores de los reyes para enseguida revelarles los secretos de Estado; a los otros les mandó que predicaran al pueblo, que se apoderaran de la enseñanza de los niños, a fin de corromper sus costumbres y hacer de ellos nuevo seides para la teocracia”.

En la contrarreforma, que es la respuesta de la Iglesia romana a la reforma protestante de Martín Lutero, los jesuitas tuvieron una actividad decisiva, especialmente en el Concilio de Trento. Para Pío V –considerado el alma de la contrarreforma–, la entonces recién creada Compañía de Jesús fue su mejor instrumento. Y no podía ser de otra manera, toda vez que los jesuitas “se pusieron a la disposición del papa, prometiéndole obediencia incondicional”, refiere Edmond París, autor del libro “La historia secreta de los jesuitas”.

La incondicionalidad jesuita era tal, que el propio Ignacio de Loyola llegó a escribir: "Estemos convencidos de que todo es bueno y correcto cuando lo ordena el superior". Edmond París rememora la anterior frase ignaciana, y añade que el fundador de la Compañía llegó a declarar en cierta ocasión: “Incluso si Dios les diera un animal sin raciocinio como señor, no vacilarían en obedecerle como amo y guía, porque Dios ordenó que así fuera".

Este tipo de obediencia colocó a los jesuitas en el gusto y preferencia de la mayoría de los papas que ejercieron el pontificado hasta antes de Juan Pablo II, el pontífice romano que se inclinó por movimientos tales como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, relegando en buena medida a los jesuitas. Hoy, con un papa jesuita como máximo jerarca del catolicismo, los jesuitas vuelven a ser lo que antes fueron en cuanto a ser los preferidos del papa, que desde  el 13 de marzo de 2013 es Jorge Mario Bergoglio, quien estará atento al desarrollo del proceso de elección que llevará a cabo la Congregación General de la Societas Iesus, la cual realizará su primera asamblea plenaria para elegir al nuevo superior de los jesuitas o “Papa negro”, como también se le conoce.

Twitter: @armayacastro

http://impreso.el-mexicano.com.mx/impreso/navegador/tijuana/100616/a/1

No hay comentarios:

Publicar un comentario