jueves, 19 de junio de 2014

EL BULLYING Y LA FALTA DE VALORES

Por Armando Maya Castro

En México, el bullying sigue ocasionando miedo, dolor y deterioro de la autoestima en los menores que son objeto de agresión en el entorno escolar. Rebeca Pelayo González, directora de Comunicación, Respeto y Tolerancia (Coreto), acaba de dar a conocer estadísticas recientes que colocan a nuestro país en primer lugar en bullying en Latinoamericana. Explicó que el 25% de estos casos suceden dentro del salón de clases, en presencia de los maestros, quienes ni siquiera se enteran de lo que sucede mientras imparten sus clases.

La especialista se refirió también al ciberbullying, es decir, al acoso anónimo o abierto que se da a través de mensajes escritos en celulares, chats y redes sociales. Indicó que dos de cada 10 alumnos han usado el teléfono celular para grabar a sus compañeros en situaciones comprometedoras, y estas imágenes son subidas a las redes sociales.

El presidente Enrique Peña Nieto, que conoce la gravedad de este lamentable problema, se comprometió a que el gobierno de la República combatirá el acoso escolar, señalando que se trata de un tema que “no puede esperar”, por lo que –dijo– “desde ahora debemos tomar acción y definiciones que permitan combatir este acoso”.

El bullying es un problema en ascenso, en el que han influido factores como los programas de televisión con contenido violento, así como los videojuegos que incluyen violencia física capaz de intensificar la excitación física y las ideas agresivas en los menores de edad. Esta situación ha sido materia de estudio por parte de diversos psicólogos de nuestro tiempo, quienes se han mostrado hondamente preocupados por la nueva generación de realidad virtual y de juegos de Internet. 

En los años setentas, Gerbner y Liebert analizaron las emisiones infantiles de la televisión americana. De acuerdo con el primero, el 80% de dichas emisiones contenían episodios violentos. En 1976, Liebert “contó en programas destinados a los niños un promedio de seis agresiones por media hora, contra un solo acto de apaciguamiento luego de una agresión, en ese mismo lapso”. Huesmann afirma que “el hecho de ver mucha violencia en la televisión está asociado al aumento de la agresión, sobre todo de los niños menores”.

En 2009, la encuesta Internacional de Docencia y Aprendizaje (TALIS, por sus siglas en inglés), elaborada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ubicó a México en el primer lugar en los casos de violencia verbal, física y sicológica entre alumnos de educación básica de 23 países”.

Pero no todo es culpa del Internet, la televisión y los videojuegos. Aparte de estas influencias socializantes, la familia y la escuela son determinantes en la formación de los niños, que a la postre pueden convertirse en una amenaza para el alumnado y, más tarde, para la sociedad en general, algo que debe preocuparnos si se toman en cuenta los altos e históricos índices de criminalidad que enfrentamos. Se afirma, y con no poca razón, que los padres agresivos y proclives al castigo tienen hijos agresivos.

En el libro que coordina Marta Sadurni i Brugué, titulado El desarrollo de los niños, paso a paso, se señala que “el niño que ofende o maltrata a sus compañeros es generalmente un niño que sufre, él mismo, maltrato en el seno de su familia. El perfil característico de este tipo de niños responde al de un sujeto que tiene poco control sobre sus emociones, no sabe canalizar sus sentimientos negativos; la frustración y la baja autoestima que tiene de sí mismo hacen que necesite demostrarse que es superior a los otros en algún sentido. Otras veces lo que ocurre es que aplican en sus relaciones con otros niños el único modelo de convivencia que han aprendido: el de la fuerza y la intimidación”.

Si queremos escuelas libres de acoso escolar, empecemos por educar y transmitir valores en nuestros hijos e hijas, buscando desterrar así las prácticas y expresiones violentas arraigadas en nuestras vidas y en nuestras familias. Sólo así lograremos ponerle fin al sufrimiento y a los problemas que el bullying está ocasionando en las escuelas de nuestro país. 

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