sábado, 28 de diciembre de 2013

LOS SANTOS INOCENTES

Por Armando Maya Castro


Hoy es el Día de los Santos Inocentes, festividad católica cuyos orígenes se remontan a principios del siglo IV. Se trata de una celebración que rememora a los niños asesinados por Herodes el Grande, un rey sanguinario y terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo como monarca de los judíos.

El relato bíblico sobre este suceso nos dice que “cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle (Mateo 2.1-2).

Las palabras de los magos fueron de turbación para los habitantes de Jerusalén y para Herodes, quien se preocupó y convocó a los principales sacerdotes y escribas del pueblo, preguntándoles dónde había de nacer el Cristo. Los escribas le respondieron que en Belén de Judea, apoyándose en lo escrito por el profeta Miqueas.

Tras escuchar a los escribas, Herodes llamó secretamente a los magos e indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella.  Luego, envío a éstos a Belén, diciéndoles: “Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (Mateo 7:8).

Los magos, guiados por la estrella que habían visto en el oriente, arribaron al pesebre de Belén, donde se hallaba el niño recién nacido. Impulsados por su reconocimiento lo adoraron y le hicieron entrega de sus presentes: oro, incienso y mirra.

El Altísimo, que conocía las perversas intenciones de Herodes, les avisó que no volviesen a Herodes, sino que regresaran a su tierra por otro camino. Tras la partida de los magos, “un ángel apareció en sueños a José y dijo: levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo” (Mateo 2:12-13).

Después de estos acontecimientos sobrevino la tragedia, que no fue una inocentada del rey, sino algo real, cruel y doloroso. Herodes, que quería acabar la historia de Jesús a las pocas semanas de haber comenzado, se enojó mucho al sentirse burlado por lo magos y tomó la decisión de “matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos”.

Son estos niños asesinados, justamente, a los que el catolicismo llama “santos inocentes”. Que quede claro: no es un calificativo que les haya asignado la Biblia, sino la Legenda Aurea, una compilación de relatos hagiográficos reunida por el dominico Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII. El relato de la Leyenda Dorada –como también se le conoce– "comienza comentando el nombre de Inocentes, y dice que son inocentes por tres motivos: inocentes por su vida, inocentes en sus padecimientos e inocentes por la victoria alcanzada".

Antes de referirme a la forma en que actualmente se celebra este día, quisiera señalar que la Biblia es clara al relatar el orden de los acontecimientos: primero fue la llegada de los magos al pesebre de Belén, luego la matanza de los niños por mandato de Herodes. Sin embargo la Iglesia católica, invirtiendo el orden de los acontecimientos, celebra primero (hoy) la matanza de Herodes y luego la adoración de los magos en el pesebre (6 de enero).

Respecto a la forma en que los católicos celebran actualmente este día, el libro Precisiones conceptuales y algunas opiniones de un filósofo inspiradas en noticias destacadas y en la vida cotidiana, escrito por Luis E. García, nos lo explica al definir el término inocentada: “La palabra inocente alude tanto al infante que aún carece de malicia como al adulto cándido y fácil de engañar. Según cuentan, una extraña asociación de estos dos sentidos de la misma palabra, unido a la "fiesta de los locos" que se realizaba entre navidad y año nuevo durante la Edad Media, condujo a que la conmemoración religiosa del 28 de diciembre de la matanza de niños inocentes ordenada por Herodes con el fin de evitar ser destronado por el anunciado Mesías, se convirtiera en el día de los 'adultos inocentes'”. 

Al abundar en el tema, Luis E. García explica: “Durante esta fecha [28 de diciembre] se buscan víctimas del ingenio ajeno mediante bromas llamadas inocentadas, y los noticieros de televisión lo aprovechan para divulgar situaciones jocosas, divertidas y ridículas sucedidas durante el año e impropias para las programaciones regulares".

Así es que este día conviene tener bastante cuidado con los titulares de la prensa y demás medios de comunicación, así como con las palabras que brotan de los labios de nuestros semejantes. Este día no podemos creer en todo lo que nos digan, no sea que por nuestra credulidad tengamos que escuchar la clásica frase: “inocente palomita que te dejaste engañar”.

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