viernes, 21 de junio de 2013

CONDECORACIÓN INCOMPRENSIBLE



Por Armando Maya Castro

Desde que Felipe Calderón Hinojosa envió al ejército a realizar labores policíacas generó una tormenta considerable en materia de violaciones a los derechos humanos
 
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España acaba de conceder al expresidente Felipe Calderón Hinojosa la Orden del Mérito Civil, instituida por el rey Alfonso XIII por Real Decreto de 25 de junio de 1926. La condecoración ha sido otorgada, entre otros, al presidente de grupo Inditex, Amancio Ortega; a los emires de Kuwait y Abu Dabi (Sabah Al-Ahmad Al-Jaber y Khalifa Bin Zayed, respectivamente) y a Abdelazis Bouteflika, presidente de Argelia.

El gobierno español decidió condecorar a Calderón pese a que en la administración de éste “se recurrió de forma generalizada a la detención arbitraria, la tortura y los malos tratos para extraer información y confesiones de los detenidos durante los interrogatorios” esto según un informe de Amnistía Internacional.

Desde que Felipe Calderón asumió el cargo como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en diciembre de 2006, le declaró la guerra a los cárteles de la droga, delegando en las fuerzas armadas la lucha contra el crimen organizado, causante de la inseguridad y la violencia que azota a la mayoría de los estados de la República mexicana. 

Con el apoyo de Estados Unidos, el gobierno de Calderón hizo un “despliegue del Ejército como una de sus estrategias clave para combatir el narcotráfico y mejorar la seguridad pública”. Jorge G. Castañeda nos dice que "el envío de un ejército mal preparado a realizar labores policíacas en ciudades y pueblos de México generó una tormenta considerable en materia de violaciones a los derechos humanos".

Los mexicanos fuimos testigos de que en la anterior administración federal los asesinatos y los secuestros fueron en aumento. En el año 2007 fueron asesinados 25 mil 113 personas; en 2008, 28 mil;  en 2009, 31 mil 545; y en 2010, 34 mil 545. En ese periodo aumentaron también los secuestros: de 595 en 2006 a 1 mil 344 en 2011. En 2007, el propio Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) registró 438; en 2008, 907; en 2009, 1 mil 163, y en 2010, 1 mil 220.

La estrategia anticrimen de Calderón fue criticada fuertemente por analistas, columnistas y articulistas, así como por diversos actores políticos y organizaciones de derechos humanos, quienes sostuvieron a lo largo del anterior sexenio que los uniformados carecían de la formación adecuada para atender la seguridad de la ciudadanía. El propio Vicente Fox criticó el plan de lucha contra el narcotráfico implementado por el ex presidente Felipe Calderón.

El 9 de noviembre de 2009, Calderón salió al encuentro de las críticas que persistían en relación con la violación de los derechos humanos de parte de las fuerzas castrenses. Esto declaró el entonces primer mandatario de la nación: “Saben que si los agarramos [a los delincuentes], en primer lugar no los vamos a vejar, como muchas veces dicen. Aquí a cada rato vienen a decir que las violaciones a los derechos humanos por parte del Ejército, una serie de cantaletas que también ya empiezan a cansar, que no son ciertas, porque se respeta la dignidad de los criminales y se les pone ante un juez y todo".

El error del ex presidente de México fue el de muchos otros gobernantes: no saber escuchar a la gente y aferrarse a una fallida y estéril estrategia, considerada infalible por él y por quienes de manera irresponsable le aconsejaban mantenerla en pie. 

¿Cuáles fueron entonces los logros de la estrategia anticrimen del gobierno anterior? Calderón presumió, mediante spots, la muerte y captura de importantes capos de la droga. Llegó a decir que fueron capturados 22 de los 37 capos más peligrosos de México, algo que a su juicio permitió “desarticular las estructuras logísticas y operativas de muchas de las organizaciones de la delincuencia organizada más peligrosa del país”. Hoy sabemos, por lo que ha señalado el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que la captura de capos propició la fragmentación de grupos criminales en detrimento de la seguridad pública.

La administración de Calderón ha pasado a la historia marcada con la impronta de la violencia, con historias de ejecuciones (83 mil según el Semanario Zeta), daños colaterales, violaciones a los derechos humanos e innumerables casos de crueldad. A lo largo de ese sexenio, los mexicanos experimentamos el miedo y la inseguridad como nunca antes. Calderón conocía perfectamente bien los temores de la población, pero en lugar de remediar la situación se obstinó en decirle a la población que sus decisiones y las acciones del Estado eran correctísimas y que todo se hacía por nuestro bienestar. Por esto, y por muchas otras deficiencias del gobierno calderonista, resulta incomprensible la condecoración del gobierno español.

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